GOBIERNO DEL MARRULLERO DANILO MEDINA INCURRE EN DESACATO Y ASUME EL ROL DE GOBIERNO DE FACTO

Los demás órganos del Estado deberán validar e implementar la constitucionalidad de la Sentencia 168-13 para mantener la gobernabilidad

Los frutos del vientre infame de Juan Emilio Bosch Gaviño: el Perrodé y el Pálido, en su olímpica traición y corrupta podredumbre, han corroborado el juicio inapelable de la historia

22-01-2014

 

La gestión gubernamental del actual incumbente del Poder Ejecutivo, Danilo Medina Sánchez, da la imagen exacta de asemejarse más a la de un pulpero administrando un negocio con riesgo de quiebra inminente, que a la de un gobierno que ejerce la dirección del Poder de un Estado Nacional.

Nada más alejado de los anhelos y preocupaciones, en todas las esferas de las actividades sociales, políticas y nacionales, que todo cuanto dispone o anuncia que se propone hacer el ciudadano que, a nombre de lo que, lo único que expresa, lo que de fondo y esencia representa, es lo del Pálido pelegato y boschista.

Aunque originalmente su inventor, el nombrado Juan Emilio Bosch Gaviño, un viejo felón de la cuadra de espías pagados por la CIA, y del conjunto más selecto de los agentes políticos e ideológicos, que formaron parte de la nómina de pago del Departamento de Estado norteamericano, desde la década del ’40 hasta por 30 años y más; al momento de estar, en medio de los permanentes procesos de metamorfosis de sus ambivalentes estados de conciencia, le dio, o bien tuvo el capricho y la ocurrencia, de fijarle como supuesta meta a dicha organización, la de Partido de la Liberación Dominicana; lo de ésta se ha trocado, tanto en manos de su antecesor incumbente del Poder Ejecutivo, Leonel Antonio Reyna, como en la actual administración, en la orquestación del más flagrante robo y corrupción, alrededor y por medio de las actividades de administración del Estado, que sería en teoría la práctica política de la misma, la que ha sido sustituida, y así suplantada, por el robo, con fines de enriquecimiento personal, de cada uno de los funcionarios gubernamentales, empezando por el mismo incumbente del Poder Ejecutivo que, en este caso específico, es el nombrado ciudadano Danilo Medina Sánchez.

Se ha llegado a la conclusión, por parte de los estudiosos de los fenómenos y situaciones de la vida política nacional, que lo de Partido de la Liberación Dominicana es una forma eufemística para decir y designar: “mi jugada personal para mi enriquecimiento individual”. Lo que, insertado en el mundo de la actividad política, alrededor del Estado y del Poder que representa y dirige dicho Estado, deviene, inevitablemente, en un conglomerado, donde concurren individuos para el saqueo de los fondos del Estado, como para, al amparo de las funciones de éste, efectuar y propiciar llevar a cabo cuantas actividades sea posible, con el único y exclusivo fin de la obtención de fuertes dividendos porcentuales, además de la comisión, como intermediarios y lobbistas o agentes corredores; de lo que no se puede incurrir en el error, por ingenuidad, de excluir, esto es, sacar, a Danilo Medina Sánchez, de los funcionarios que llevan a cabo esas actividades desde el Estado. Aunque sí es cierto que ya, en la actual posición, no lo hace como lo hacía cuando ejercía como Ministro de la Presidencia de Leonel Antonio Reyna, como lo fue durante la desafortunada primera gestión de éste, del 1996 al 2000, y luego volviera a hacerlo en la otra, todavía más desgraciada gestión, ya claramente enmarcada como régimen para-narco terrorista y criminal de lesa humanidad, del 2004 al 2008, en el que quedó patentizado como sustentador del terrorismo de Estado, como su eje maestro de actuación.

Ya, tras tantos años en el oficio, Danilo Medina no hace, ni lo que tuvo que hacer mientras fue diputado por los pálidos, durante las últimas gestiones del tirano alimaña Joaquín Balaguer, ni lo que tenía que hacer, con carácter tan ignominioso como oprobioso, en las dos gestiones gubernamentales primeras del capo di tutti capi, Leonel Antonio Reyna, y de las que no estuvo exento del todo durante la tercera, y en la cual, el capo di tutti capi hizo los preparativos y amarres para que pudiera alcanzar la Primera Magistratura del Estado el ciudadano Danilo Medina Sánchez.

Si algo ilustra el papel de entonces de éste, y desempeñando el cual se hizo un hombre público de importancia, a pesar de sus inocultables limitaciones en el orden de la elaboración de ideas, esto es, en el orden intelectual del pensamiento, terreno en el que, indudablemente, se luce como un comerciante de primera línea, en cuyas lides lo que le fascina es el placer de hacerlo, y que, como es sabido, en el que no posee las luces apropiadas, por lo que sigue siendo un comerciantes que se desenvuelve en las aguas congeladas del cálculo frío, a base de marrullerías y habilidades, que no pasan de ser reflejos instintivos.

Lo que anteriormente hacía Danilo Medina y por lo que cobrababan sus partidarios, es lo que acaba de ilustrar, que lleva a cabo, el flamante ladrón de Industria y Comercio, José del Castillo Pichardo, quien, indudablemente, fuertemente sobornado por la Falconbridge, como ya lo estuvo en su momento por la Barrick Gold, acaba de soltar, que si un estudio demuestra la factibilidad y sostenibilidad de que la Falconbridge explote Loma Miranda, sería ilógico e irracional que no se hiciera; pues, al fin y al cabo, ya estaría la coartada para luego declararse engañado por un estudio manipulado.

Debe saberse que don Danilo Medina Sánchez fue un adalid de primera línea de aquellos ya famosísimos estudios, que estaban dirigidos a presentar la privatización de las empresas del Estado como la única solución y la alternativa final para que la República Dominicana saliera de la pobreza y el atraso, y que dejara atrás el tiempo de los apagones, bajo la divisa: vendiendo esas empresas, salimos de la crisis, y los apagones serán cosas del pasado.

Don Danilo Medina Sánchez es un de los cabilderos y lobbistas de ese proceso de enajenación y robo de las empresas del Estado, contribuyendo, respaldando y haciéndole coro a esa siniestra consigna estereotipada, un logo maldito y un “phone”, como ningún otro, para estafar a un pueblo, a una sociedad y a un país, como ese que se acuñó, bajo la forma de: capitalización de las empresas del Estado; que fue el slogan que acompañó ese asalto a las riquezas nacionales y el despojo descomunal de que ha sido objeto el pueblo, evidenciada hoy como la mayor estafa del siglo pasado e inauguradora del nuevo milenio de la tragedia nacional.

El punto es que, el Pálido pelegato boschista, con su cuarta gestión, puede afirmarse que se han propuesto y han logrado borrar toda línea de diferenciación entre el bien y el mal, entre lo ético y moral, de un lado, y lo anti-ético y amoral del otro. Y creada esta situación, en que lo inmoral es el pan nuestro de cada día, una vez que han borrado, en el terreno de los métodos y procedimientos de comportamientos y actuaciones del Pálido pelegato boschista y de sus gestiones prácticas gubernativas, lo que no es teoría, sino hecho concreto, y el volumen del conjunto de las experiencias prácticas concretas experimentadas, o sea, corroboradas y comprobadas en la práctica cotidiana histórica y social; y todo lo que, conjugado, esto es, combinado o mezclado con lo que está sucediendo hacia lo interno del conglomerado pálido pelegato boschista, palpado todo eso como vivencia, o sea, experiencia vivida y viva, ahora mismo, ante dos hechos y situaciones tan disímiles y diferentes, como son:

1ro. La del proceso de designación, llamémoslo así para no seguir embarrando más el término tan abusado de elecciones, de los que se incorporarán al Estado Mayor, o sea, al Comité Central de esa espuria y gangsteril organización del bajo mundo del crimen organizado, que es definitivamente el Pálido pelegato boschista. Este es el primer hecho y situación que nos aporta, del caso irremediable de podredumbre infamante e ignominiosa, como infame e ignominiosa falta de escrúpulos y pudor es y en que, definitivamente, ha devenido y resultado ser el Pálido pelegato boschista.

El otro segundo hecho o situación concluyentemente definitoria de esa infame podredumbre, de esa ignominiosa infamia, carente de todo asidero y huérfano de aristas colindantes con la decencia y la dignidad social, nacional, así como negadora por excelencia, y en forma irreversible, de la honradez, pues se trata de una abominable prostitución del alma, de la sangre y del cuerpo, que nunca antes había tenido un precedente de referencia como punto de comparación; y éste viene a ser la traición cobarde, ruin, pusilánime, de Danilo Medina Sánchez, y su conjunto de ministros y funcionarios, ante la invasión haitiana y los aprestos para desarticular la nación y el Estado Nacional Dominicano, pisoteando nuestra soberanía patria y nuestro derecho a la autodeterminación como país, nación, Estado soberano, libre e independiente.

Dejémonos de engaños y falsas esperanzas. Danilo Medina Sánchez ha traicionado a la nación y al pueblo dominicanos; está arrodillado, clamando perdón a los amos de los haitianos y hasta a los haitianos mismos, negándose a aplicar la sentencia inmodificable del Supremo Tribunal de la Justicia Dominicana, que es la Corte o Tribunal Constitucional de la República Dominicana.

Con esta actitud de desacato, por parte del gobierno Pálido pelegato boschista, del entreguista, lacayo redomado, sirviente en el Poder, peón inescrupuloso, Danilo Medina Sánchez, ante la sentencia de nacionalidad de la República Dominicana, de hecho pasa a transitar el espinoso y peligrosísimo camino inviable de la inconstitucionalidad, de la ilegitimidad y de la ilegalidad; situación que es, tanto premisa de ser un régimen de facto, por traición y negación a cumplir con las leyes y la Constitución, que es la base jurídica de la República Dominicana; pero también, ese escabroso camino, de franca abjuración de la Constitución y de los mandatos del Poder Judicial, con el que se ha casado el siniestro y pérfido marrullero y truchimán de Danilo Medina Sánchez, en cuyos recursos de la más abyecta y nauseabunda burda mediocridad suya, la de Danilo Medina Sánchez, que patentizó, con su célebre chapucería, de lo que presentó como discurso de aceptación de su candidatura, en el Palacio de los Deportes a principios del 2012, cuyo núcleo era el camello, como pieza clave de la estafa, del engaño y la usura, nocivas aberraciones que, en esa aciaga oportunidad, como es fácil de comprobar y palpar, dicho señor erigió en las piedras básicas de su comportamiento; y a la vez solicitándole a la ciudadanía, que no temiera, que se dedicara a enaltecer y practicar el crimen, la corrupción, el engaño y la usura; pues en ser capaz de actuar como tales crápulas y deshechos de la sociedad, depende de que tengamos éxito y triunfemos en nuestra vida personal, individual o privada.

Danilo Medina está colocando a la nación y al pueblo en una peligrosa encrucijada, una vez que él y su régimen se han colocado en la acera contrapuesta a la democracia, a la autodeterminación, la soberanía, la independencia, y hasta frente al derecho a la existencia de la República Dominicana.

Danilo Medina Sánchez, en el fondo del pantano de su penosa y dolorosa podredumbre y cobardía escandalosa, ha desafiado al pueblo, al Estado Dominicano, a sus órganos militares, policiales, administrativos y de Justicia, como al Poder Legislativo. Ha desafiado al país, y es lógico que ha sembrado vientos huracanados, que acarrearán peligrosísimos tormentas y terremotos.

Hay una íntima e indisoluble vinculación, entre lo ocurrido en el proceso de designación de los que se incorporarán al Comité Central o Estado Mayor del Pálido pelegato boschista, y la corrupción gubernamental.

Si bien la designación de estos nuevos miembros del Estado Mayor del bajo mundo, es un asunto de los miembros del bajo mundo, no menos cierto es que el Pálido pelegato boschista, es el partido que integra y dirige al gobierno que rige la vida nacional y social de todos los dominicanos; por lo que, si ese Pálido pelegato boschista es instado y dirigido a violentar las normas del pudor, del respeto, de la honestidad, de la libertad interna de cada uno de los miembros del Pálido pelegato boschista, y lleva a cabo, como lo hizo, por orden del mismo Danilo Medina Sánchez, ese atropellante y escandaloso carnaval de corrupción que se efectuó para la designación de marras, y obligando a sus opositores internos a guardar silencio y callar, haciéndose cómplices y parte del escarnio y los abusos de Poder de su mismo gobierno, hay que esperar que, de ahora en adelante, la corrupción y la infame podredumbre de los gobiernos pálidos pelegatos de que nos quejábamos, será cosa de juego de niños para la corrupción y los crímenes que emanarán y que ya están emanando del gobierno de Danilo Medina Sánchez.

Y si esto, como es inevitable que suceda, se conjuga con la práctica de la traición a la patria, con el desacato, de Danilo Medina Sánchez y su banda gubernamental, a la sentencia 168/13 del Tribunal Constitucional, según la cual hay que sacar del país a los invasores haitianos, hay que decir que este pleito, que augura guerra civil, derramamiento de mucha sangre, es un pleito casado y pactado, del cual, la cobardía, la rastrería, la mezquindad, la ambición de comerciante estafador y usurero, de que es portador Danilo Medina Sánchez, serán los únicos responsables y culpables.

Queremos hacer un aparte, y abrir aquí un paréntesis necesario. que será nuestro próximo análisis y estudio de la situación nacional y su ominoso futuro inmediato. Se trata de los equivocados juicios de Andrés L. Mateo, alrededor de la supuesta moralidad e integridad ética del espía pagado y agente político a sueldo del imperialismo yanqui y de la CIA, Juan Emilio Bosch Gaviño.

Y es que no hay espacio en el razonamiento lógico y concreto, de que Juan Emilio Bosch Gaviño, siendo espía pagado por la CIA, como es comprobado que lo fue, igual que agente a sueldo del imperialismo yanqui, sea paradigma moral y ético; puesto que, además de esa práctica suya conocida, muy conocida, está el hecho de que fue el creador de esas dos instituciones, que sólo hemos sabido definir nosotros como el Perrodé, vertedero de inmundicias y podredumbre con carácter de excrementos, y al Pálido pelegato boschista, con los para-narco terroristas y sanguinarios gobiernos de Leonel Antonio Reyna, y del cobarde y traidor Danilo Medina Sánchez.

 

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