NO PODIAMOS DEJAR DE LADO LAS NAUSEABUNDAS ACUSACIONES DE UNA HEZ DE LA SOCIEDAD COMO FEDERICO HENRIQUEZ GRATEREAUX CONTRA EL CONTINUADOR DE LA GRANDEZA DE RUSIA EN DEFENSA DE LA HUMANIDAD VLADIMIR PUTIN

Es con lo que explicamos porqué no abordamos el apasionante tema de evaluar el discurso de Manolo Tavares Justo del 14 de junio de 1963 en el Parque Independencia y la vergüenza que nos embarga al evaluar su contenido y significado

17-06-2014

 

Era el 16 de junio del presente año 2014, para cuando teníamos previsto dejar sentada nuestra personal convicción, de asco y vergüenza, por haber perdido los tres años de mi pasada juventud trabajando, desde diciembre del 1961 hasta diciembre de 1963, directamente en el Movimiento Revolucionario o Agrupación Política 14 de Junio, directa y personalmente bajo la dirección político-administrativa, o burocrático-política, del señor Manuel Aurelio Tavárez Justo, mejor conocido como Manolo Tavárez. Y lo hago admitiendo y reconociendo que muchos jóvenes contemporáneos hoy dirían, que eso hubiese sido un privilegio del que se dirían sentirse orgullosos; no obstante, ello es motivo de irreparable vergüenza y de un abominable sentimiento de arrepentimiento, por cuanto, precisamente, la semana que antecede al 15 de junio, quise releer el memorable discurso, en honor a la indigencia teórica con que ostentaba su rastrera condición, propia de un portento del pordioserismo político, y la más abyecta condición de mendigo de principios, compendio absoluto de ignorancia supina; y lo que es peor todavía, de estolidez, la que sería el resultado directo de poseer, y ser dueño, de la más escandalosa ignorancia supina; no por obra de que los conocimientos deseables y necesarios estuviesen fuera de la personal posibilidad de obtenerlos, sino, precisa y exactamente, a causa de la autocomplacencia y de la inútil holgazanería físico-intelectual, que conlleva no tomarse el esfuerzo, ni asumir la brega, de la investigación y la lectura, de lo que sólo y únicamente bastaría sentir el aguijón de la simple curiosidad, común y corriente, de los más sencillos y naturales de los seres humanos y su naturaleza como tales; lo que, para las inteligencias o la intelectualidad, sería, en su elevación de nivel correspondiente, lo que el padre del racionalismo, como corriente filosófica idealista, René Descartes, llamaría “el principio de la duda”, o su célebre, dentro de la historia del pensamiento, de la cultura y las ciencias, “cogito ergo sum” de ¿pienso?, luego, existo; lo que, con sarcasmo e ironía, deja flotando en el aire, de que el que no conoce la curiosidad de la duda; bien podría estar entre aquellos extraños seres humanos que desconocen que pueden pensar; que, como no dudan, racionalmente, no existen ni han existido; en fin, el ignorante de condición estólida es el que es dueño y creador de su propia olímpica ignorancia; la que cuida y protege con mayor desvelo y esmero que la niña de sus propios ojos.

Y tras leer y releer, como someter a un tolerante y condescendiente escrutinio crítico, el discurso de Manolo Tavárez Justo, pronunciado el 14 de junio del 1963 en el Parque Independencia, he de concluir que, penosa y dolorosamente, el del 14 de Junio, como movimiento pretendidamente revolucionario, y aún como movimiento simple y llanamente político, era y fue una patética tragedia, que sólo cabría ser medida con la célebre máxima de los sofistas, que decían que el hombre mismo es la medida de todas las cosas, incluidas todas las suyas.

Como hemos dicho, teníamos propuesto, para este lunes recién pasado, 16 de junio del 2014, empezar a enjuiciar, crítica y analíticamente, objetiva y desapasionadamente, esa pieza antropológica e histórica, que se erige en una explicación sin desperdicio, a título de un testimonio único, de las raíces, causas y los porqués del empantanamiento y los extravíos de la falsa izquierda; que se ha erigido en el lodazal del oportunismo teórico, ideológico, político, táctico, estratégico, antinacional, clerical y neoliberal, para identificarse como lacayo del imperialismo norteamericano y del oscurantismo y las supersticiones del opio de la humanidad por excelencia, que es el cristianismo católico, apostólico y romano, esto es, vaticanista, así como de las inmundas sectas protestantes.

El objetivo, que pasa por el discurso del líder del 14 de Junio, Manolo Tavárez Justo, no lo empezamos abordando el lunes último como habíamos calculado que lo haríamos; y, al respecto queremos dejar sentada la explicación pertinente; que pasa por la indignación, junto a todo el asco, y la náusea más repugnante que nos embargó, cuando, el lunes 16 de junio del 2014, en el curso de la mañana, nos topamos con esa infamia ignominiosa, que sólo una basura sin punto de comparación, sin discernimiento; ese monumento a la estupidez y al cretinismo, que hacen que la expresión de que el talentoso e ingenioso, asimismo de ultrarreaccionario, Jorge Luis Borges, hablaba, no había que dudar que los dinosaurios antidiluvianos lo hicieran; ni tampoco dudar que las hienas tuviesen sentimientos, y que, a la vez, pensaran; que es el adocenado, amanerado y obsequioso, como invertebrado que repta, en vez de caminar, que no es un bípedo, sino una lombriz venenosa, llamado Federico Henríquez Gratereaux; quien vomitó y embarró, con toda la hez de su letrina cerebral inmunda, la más abyecta defecación contra el recreador de la grandeza de la Rusia post-Unión Soviética, Vladimir Putin; a raíz de su confrontación, titánica y heroica, ofrenda a la humanidad en la lucha por la dignidad, la libertad, la democracia, la soberanía, la autodeterminación, y la búsqueda inextinguible de la igualdad, contra las bestialidades, y continuos genocidios y matanzas de lesa humanidad, que llevan a cabo los imperialistas yanquis y los carniceros imperialistas de la Unión Europea, la OTAN y la Iglesia Católica-Vaticano.

Masturbándose su estrujado cerebro reaccionario, adocenado, embrutecido y retorcido de oscurantismo, y acopio de todo tipo de solipsismo escolástico, metafísico, envilecido, y de un encanallecimiento que no lo cura ni el hallazgo de la piedra filosofal de la alquimia medieval; ese acomplejado, y refocilado en sus amaneramientos, como en toda la ignominia de su presuntuosidad de impensante que, por más que se ha esforzado, jamás ha logrado comprender ni dominar el abc del ejercicio intelectual del pensamiento, que es Federico Henríquez Gratereaux, ha querido congraciarse con los círculos más recalcitrantes, que son arrastrados actualmente por la manía agresiva y terrorista, como expansionista e intervencionista, que vienen exhibiendo, cada vez con mayores fracasos rotundos como sus frutos, los imperialistas norteamericanos, con los Bush, con los Clinton, con Obama y con Biden; y cuentan con capítulos, tan bochornosos y vergonzosos, como un fatídico saldo de pérdida de vidas humanas, como de desbordamiento de atrocidades, de tales envergaduras criminales, que dejan como cosas de niños de teta las monstruosidades genocidas y de crímenes de lesa humanidad de los Adolfo Hitler, Benito Mussolini, Tojo, etc., que hasta entonces se creyeron insuperables; pero, sin embargo, la barbarie desplegada por los "civilizados y cultos" norteamericanos y europeos, de la Unión Europea y de la OTAN, contra los países y pueblos de Los Balcanes, con la destrucción de Yugoslavia; sólo para recrearse, como privilegio de su capital financiero y sus grupos monopolistas internacionales, una vía expedita de acceso masivo de opio, heroína, morfina, amapola, libre de competencia, para el abastecimiento del mercado europeo y de Norteamérica.

Desplegaron guerras sucesivas de exterminio en Irak, con más de 3 millones de seres humanos, principalmente niños, mujeres y ancianos, como hombres en plena actividad productiva, muertos, inutilizados y convertidos en fantasmas, o en muertos definitivamente.

Llevando a cabo una bestial, e íntima alianza genocida, con el sionismo israelita, han esclavizado y macerado, durante los últimos 50 años, al pueblo palestino y de la Franja de Gaza, en el Medio Oriente. Con sus mismos grupos terroristas, entrenados por la CIA, y con la cobertura propagandística de las grandes corporaciones capitalistas de la prensa internacional, llegaron a auto-atentar contra sus torres gemelas, para tratar de abril las puertas del infierno de la guerra, por la esclavización y saqueo de los pueblos y países.

Financian el terrorismo en contra de los países árabes, de lo que son ejemplos sin igual Siria, Afganistán. Y, después de haberles fracasado sus tramas genocidas contra Irán y Egipto, han puesto proa, a su arca de la destrucción de la humanidad, hacia Ucrania, teniendo como foco central de su cruzada guerrerista y de dominación, como esclavización mundial, a la Rusia post-soviética y sus arsenales termonucleares, con capacidad para convertir a Europa, a los Estado Unidos y a todo el Continente Americano del Norte, Sur, Centroamérica y El Caribe, en un desierto, peor que el de Atacama o del Sahara.

Los Estados Unidos y la OTAN, con sus aliados, piratas y bucaneros, esclavistas negreros, de la Unión Europea, y las hordas católicas cristianas y protestantes, a pesar de los grandes tropiezos y los consiguientes fracasos, que se representan en la crisis económica en la que se vienen hundiendo por más de una larga y tenebrosa década, sin que se vea en el horizonte ninguna perspectiva halagadora, sino, sólo y únicamente, los más negros presagios y oscuros augurios de mayores desgracias, cifraban sus esperanzas en que, según sus erráticos cálculos, ni Rusia ni China, tras la traición del revisionismo anti-stalinista y anti-comunista, como de la pandilla de Chinatown, jamás volverían a rescatar la dignidad nacional que habían perdido; creían y calculaban, que Rusia sería, para siempre, la Rusia de las basuras agentes de la CIA Miguel Gorbachov y Boris Yeltsin.

Pero su errático cálculo se ha venido reduciendo a su vieja práctica de levantar una pesada piedra para aplastar a los países y pueblos del mundo; pero la pesada piedra ha terminado por caerles en sus propios pies.

Después del marasmo del pro-yanqui y pro-occidental Medvédev, ha surgido Vladimir Putin, que según todo parece, ha asumido la ingente tarea histórica, de que la Rusia moderna dé continuidad al papel histórico, al lado de las más elevadas y nobles metas de la humanidad, que obligatoriamente pasa por el enfrentamiento con el imperialismo norteamericano, la OTAN y la Unión Europea, que encarnan el decadente mundo occidental imperio-capitalista, con todas sus miserias.

Y, a este papel histórico, de trascendencias universales, es que el tarado y rastrero, chupador del material colgante, y de lo que se oculta a la luz del sol, de los imperialistas y capitalistas, Federico Henríquez Gratereaux, ha dado en llamar, a Vladimir Putin, que es capaz de robarle la muleta al pordiosero que la usa para pedir limosna.

 

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