EVALUACION 2 AÑOS DESGOBIERNO BOSCHISTA DEL DAÑINO MEDINA

Es la continuación y relevo del gobierno del paranarco terrorista Leonel Antonio Reyna en su política depredadora del Estado para amasar fortunas personales, su terrorismo de Estado y sobre todo de entreguismo de la soberanía y autodeterminación nacionales al expansionismo de las hordas haitianas

13-08-2014

 

Nos proponemos llevar a cabo, en el plano inmediato, una evaluación del desafortunado y desgraciado ejercicio del Poder del Estado en contra de la nación y el pueblo dominicanos, en estos dos últimos años, por la banda anti-dominicana y antinacional del Dañino Medina y Leonel Antonio Reyna.

Esa banda, así como es criminal, corrupta, ladrona, asesina, lacaya abyecta y vil del imperialismo norteamericano y del imperialismo de los países de la Unión Europea, como del cristianismo de la Iglesia Católica-Vaticano y de los delincuentes evangélicos y protestantes, de igual modo es contraria y portadora de un odio irascible y enfermizo contra la nación dominicana y el pueblo dominicano.

En estos dos años, que lleva el Dañino Medina en el Poder, actuando a imagen y semejanza del gángster Murmullo, no hay ofensa y agresión, infame e ignominiosa, que no haya concebido, fraguado y llevado a cabo en contra de la República Dominicana y nuestro pueblo dominicano.

Ante todo y sobre todo, cabe decirse, que el gobierno del Dañino Medina de los pálidos pelegatos boschistas, gobierno, si acaso así se le quiere llamar, a lo que realiza el zapatero remendón, con rango de cebo tibio, que hace, desde dos años para acá, de sirviente abyecto desde el Poder, y servidor de los explotadores y opresores, como de los ancestrales practicantes y sacralizadores del parasitismo económico-social, que se auto-titula sagrado, a costillas del sudor, la sangre y la ignorancia, tanto de un pueblo como de esta nación, a los que se empecinan en reducirlos a la situación, patológica enfermiza, de la esquizofrenia de la religiosidad, y convertirlos en narcómanos, enajenados de sus problemas y sus preocupaciones para resolverlos, ha puesto de relieve en toda su magnitud su condición común de enemigo a ultranza del pueblo dominicano como de la nación dominicana; no ya como vulgar mercenario, lacayo de los monopolios del imperialismo yanqui y del capital financiero monopolistas del imperialismo de la Unión Europea y de los malvados parásitos, que se encubren con el antojadizo ropaje de la Iglesia Católica-Vaticano o de las otras sectas protestantes, sino que, el acérrimo odio y la criminalidad anti-dominicana lo han arrastrado a la vil condición de pro-haitiano a ultranza, igualándolo así, en este aspecto particular, con el paranarco-terrorista, y corrupto desvergonzado, del capo di tutti cappi Leonel Antonio Reyna; lo cual es, a al vez, común denominador en las podridas direcciones y grupos de desalmados de los corrup-partidos del sistema y sus apéndices.

La trayectoria descrita, esto es, según los hechos y la inconducta, de Dañino Medina, es la de un sujeto execrable y repulsivo de pies a cabeza; un elemento inescrupuloso y desalmado, amoral y sin ningún principio ético; para el que todo es verdad o mentira según le resulte beneficioso y satisfactorio a su ambición y afán prostituidos de amasar fortuna personal; sin importarle ni la República Dominicana ni mucho menos el pueblo dominicano, como tampoco el largo trayecto de bregas y todo tipo de sacrificios, como de sangre y vidas, para crear la patria dominicana; ante todo y por encima de todo, enfrentándose a la obsesiva aberración de los haitianos y sus hordas refractarias, por degradación histórico-social y anti-cultural, que empuja a los haitianos a ser hordas, de innato y congénito rechazo a todo lo que sea civilización. Por lo que, tanto el Dañino Medina, que es una hechura del ladino super-traidor y espía pagado de la CIA, como agente político a sueldo del Departamento de Estado del imperialismo norteamericano, el felón en cuerpo y alma Juan Emilio Bosch Gaviño; igual que el perdulario y capo del hampa, hechura y sustancia del bajo mundo, Leonel Antonio Reyna, que es el modelo en perversidad que erige en su arquetipo el Dañino Medina, y del que éste es un pelele; dado que la mediocridad, como la pusilanimidad y la cobardía del Dañino Medina le han hecho ganar el repugnante título de hombre babosa hecho de paja podrida; sin savia, sin sustancia, por cuyas venas y cuerpo corren corrientes de materias fétidas, propias a los albañales. Todo lo que ha sido plasmado y palpable, a la vez, en sus actuaciones nauseabundas contra el país y el pueblo; sobre todo, y principalmente, ante los haitianos que, por su naturaleza espuria y podrida de mercenarios inveterados, se brindan a ser instrumentos para la destrucción de la nación y pueblo dominicanos, por parte de los imperialistas norteamericanos y de la Unión Europea, como de los parásitos cristianos de la Iglesia Católica-Vaticano y de las nocivas sectas protestantes.

De hecho, las hordas de elementos, socialmente infecto-contagiosos, haitianos, y su haitianidad, han venido arreciando la intensificación de sus pretensiones expansionistas y de igualamiento con los dominicanos en nuestro propio territorio, y en cuanto a nuestro territorio, que es el crisol de nuestra nación dominicana y de la dominicanidad. No cabe pensar ni hablar de igualdad relativa, ni mucho menos en términos absolutos, con los haitianos y la haitianidad. Creer que esa aberración tiene justificación racional y lógica, es creer el viejo adagio podrido de que, lo que no mata de inmediato, engorda y nutre.

El Dañino Medina, siguiendo lo pautado y trazado por su maestro práctico y jefe real, que es el capo di tutti cappi y paranarco terrorista, el gángster Leonel Antonio Reyna, quien, bajo su último período en que su cartel del narcotráfico y del hampa del bajo mundo o del gangsterismo, del que es un hampón de la peor y más baja ralea, operando desde el Palacio Nacional, donde se suponía que era sede del gobernante dominicano y administrador del Estado Dominicano, desde el 2004 al 2012, impuso la firma privada de contratos, de su banda Pálido pelegato boschista, con los estamentos que hacen de grupos dirigentes de las hordas haitianas en su Estado tribal, fracasado como Estado nacional; por cuanto la naturaleza e idiosincrasia haitianas no encajan ni se hacen armoniosas con ninguna nación ni con ningún Estado nacional, para llevar a cabo el gran negocio de sus putas vidas, tanto de los crápulas cabecillas pálidos pelegatos boschistas Dañino Medina, Leonel Antonio Reyna, Félix Bautista, Diandino Peña, como los Pared Pérez, los Temístocles Montás, los Euclides Gutiérrez, los degenerados tipo los Abel Martínez, los Germán (Alejandrina, Mariano, el consigliori del capo di tutti cappi colocado como Presidente de la Suprema Corte y el otro Mariano Germán, el ingeniero, tan sencillamente ladrón que si a su lado claman ¡zape!, ahí mismo deja el pelerío). Y son los contratos económicos, financieros, técnicos, de la supuesta reconstrucción de Haití, para tratar de hacerla equiparable a la República Dominicana, previamente socavada y ultrajada, nuestra Patria-Nación, tratándola como una comunidad de ilotas, que eran, en la sociedad griega, aquellos esclavos errantes, viciosos y descalificados moralmente, despojados de todo derecho y, de hecho, convertidos en basura, como ya estamos sintiendo en carne propia. Y esto, a consecuencia de que, como vulgares e inescrupulosos Shilock, el personaje judío prestamista de Shakespeare en su “Mercader de Venecia”, Leonel Antonio Reyna, Dañino Medina, junto con la vándala antisocial Margarita Cedeño y la zapatera remendona Cándida Montilla de Villa Francisca, despojados de todo sentimiento patriótico y des-sensibilizados como pragmáticos, o más bien cerdos, sólo les importan los millones que podrán amasar, mientras que los dominicanos, en nuestra propia tierra, seremos apátridas u objeto de la arbitrariedad despótica y absolutista de las hordas de haitianos.

En estos dos años son éstas las experiencias más sobresalientes y concretas que provienen del Dañino Medina ejerciendo su desgobierno.

A nosotros, en nada, absolutamente en nada, nos sorprende ni nos quita el aliento, ver, oír y comprobar que son los boschistas y sus hechuras, ya sean pálidos pelegatos o perrode Peña, del hijo de la gran puta Rafael Hipólito Mejía; o del émulo del gángster y matón de El Padrino, Tataglia, Miguel Vargas Maldonado; ni mucho menos el hijo del bastardo y crápula ladrón sirio-libanés Rafael Abinader, el llamado Luis Abinader, tan perro de esa misma jauría, como lo es Milagros Ortiz Bosch o ese repugnante e insignificante farsante que es Hugo Tolentino Dipp (quien, para colmo, acaba de admitir, por fin, que siempre ha sido un agente imperialista y reaccionario, por lo que acepta que es una hechura del franquista falangista y fascista, hombre clave de la CIA y el imperialismo yanqui en el seno de esa sangrienta dictadura nazi-fascista y nacional-católica, como la de Francisco Franco por la gracia de dios en España; así, se proclamó sin tapujos, sin ningún escrúpulo, y mucho menos algo de pudor, discípulo, seguidor, émulo y admirador, del brazo derecho del criminal de lesa humanidad Francisco Franco, Manuel Fraga Iribarne); así como los bichos y sabandijas, herederos del tirano alimaña Joaquín Balaguer; todos los que, en conjunto, están a favor de la haitianización y la conversión, dizque en dominicanos anti-dominicanos, de los especimenes de las hordas de haitianos invasores a título de emigrantes ilegales.

No es lo mismo ni es igual, usted, desde un país subyugado y oprimido como la República Dominicana, por ejemplo, emigrar, legal o ilegalmente, a un país imperialista de Europa o a los Estados Unidos, que un haitiano o grupos de hordas de éstos meterse, a título de emigrantes, a un pequeño y empobrecido país; en el que el atraso, la ignorancia, la incultura y la arrasante miseria crea un clima de inseguridad y de violencia, además del interés históricamente, harto comprobado, de sus afanes de subyugamiento y anexionismo contra la República Dominicana y los dominicanos.

El que alegue, como los jesuitas, que se trata de emigrantes y, como tales, todos somos iguales, es porque es un cerdo, cuya divisa es, indudablemente: lo que no mata de inmediato, engorda y, por lo tanto, se come.

Ese lacayismo, de que es baluarte y sostén el régimen inmundo y repulsivo del peledeismo pelegato boschista, ha articulado su programa de aplastamiento del pueblo dominicano y de la dominicanidad, así como en abono y creación de la podredumbre para la destrucción de la República y de la nación dominicanas.

Entre todo, sobresale y se destaca el buscado efecto de desmoralización y humillación, de parte de los haitianos y sus hordas, al pueblo dominicano y a cada ciudadano quisqueyano. Como se puede comprobar en las escuelas públicas, en las que el depravado hombre babosa hecho de paja podrida, y movido sólo por su afán de acumular riquezas en base a sus miserias humanas, a la industria que cultiva, con tanto esmero y afanes, de las iniquidades, de la orfandad de inteligencia, de su falta de escrúpulos, su total ausencia de pudor, carente de todo cuanto sea virtud, como la honradez y la honestidad, y la falta de toda capacidad de sacrificios y abnegación por la patria, libre, soberana e independiente, en base al ejercicio pleno de nuestra autodeterminación.

El Dañino Medina, y su equipo anti-dominicano y anti-pueblo, de los Gustavo Montalvo y comparsa, nutrido en Intec con los jesuitas y opusdeistas, como con la USAID-CIA-Embajada yanqui, están infligiendo a nuestros niños dominicanos, la afrenta irreparable de que una gentuza de las hordas haitianas, que invaden nuestra patria y pisotean nuestra dignidad, desplegando la ingratitud y la arrogancia de una bestia salvaje, que es parte consustancial de la idiosincrasia de cada uno de los especimenes de las hordas haitianas y de todo lo que es esa aberración anti-humana que es la haitianidad; mientras en las escuelas dominicanas, pagadas con los impuestos y recursos del Estado Dominicano, de la nación y el pueblo dominicanos, entonan, llenos de orgullo, el Himno Nacional, y se iza la bandera dominicana, esos malditos despreciables haitianitos, se niegan a cantar el Himno Nacional como a guardar respeto por la enseña (bandera) dominicana; sin que los profesores y autoridades dominicanas de la escuela hagan nada; porque así se los ha ordenado el despreciable sujeto, maltrecho y degenerado, con la figura semejante al culo del diablo, el tuñeco Ministro corrupto y anti-dominicano de Educación, Carlos Amarante Baret; llegando a estar inscritos, o asistiendo a las aulas dominicanas, sin ningún papel acreditado que los identifique, ni su edad, ni su origen, ni nada.

Con ese espurio, podrido y depravado mal ejemplo, no se puede hacer de los dominicanos un mejor pueblo ni una nación que nos enorgullezca.

Pero es claro, como el sol a medio día, que ese objetivo denigrante y humillante de los dominicanos y de la nación, a manos de los haitianos, es una finalidad muy especial de todos los enemigos y opositores a la existencia de la República Dominicana y del pueblo dominicano, que la banda de los pálidos pelegatos boschistas del Dañino Medina y de Leonel Antonio Reyna, han venido llevando a cabo, sobre todo, de manera especial, en estos dos últimos años, del 2012 al 2014.

 

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