Leonel-Pálidos y su alianza bastarda con el despreciable José Queseyoqué Espinosa siendo ellos responsables de la otra alianza entre los perrodé y los sabandijas del partido reformista

 

Las declaraciones de Leonel Fernández en el acto de consagración final del Patrado más prostituido (ya que hay cuando menos dos) y absolutamente envilecido como la peor canalla politiquera vendida al mejor postor, cuyo representante (José Queseyoqué González Espinosa, alias Guayubín)  produce náuseas, vómitos y una sensación nada agradable de que todo huele a pudrición, afirmando que aboga por la formación de un bloque supuestamente progresista contra los pepegatos y los reformistas de las sombras, en realidad frente contra el que han decidido constituirse, por su parte, el Perrodé-pepegato con las huestes reformistas del tirano alimaña Joaquín Balaguer, sirven para poner de realce la indigencia politiquera en que se ahoga, como inmerso en un pantano de lodo, el gobiernucho que él encabeza y dirige junto a los pelegatos.

Cuando Leonel Antonio Fernández Reyna habla de que se trata de enfrentar la alianza del reformismo de la sombra con el PPH, y que se inclina por hacerlo con un bloque o frente progresista, ya que aquellos le han causado mucho daño al país y han provocado el atraso de la República Dominicana, no hace otra cosa que confirmar su absoluta orfandad teórica y aún más, su falta de coherencia y su naturaleza pragmático-oportunista, que borra toda línea demarcatoria que separa la verdad de la mentira, lo moral y ético de lo amoral y anti-ético, prefiriendo colocarse deleznablemente en la postura más inescrupulosa y carente de pudor en la que verdad, moral y lo ético es sólo y únicamente todo lo que le beneficia y le resulta conveniente para sus fines.

Pues de por medio están los hechos que dicen que ese reformismo que se decidió a pactar con el Perrodé-pepegato, fue el mismo que concurrió unido al Pálido-pelegato con Leonel Antonio Fernández Reyna como candidato a la Presidencia, para derrotar al lumpen haitiano José Francisco Peña Gómez en el 1996.

Como lacayo incondicional de los intereses más explotadores y opresivos sobra la República Dominicana y el mundo entero, Leonel Antonio Fernández Reyna es, a medida que pasa el tiempo, más desaprensivo en sus juicios y actuaciones, puesto que no sólo que no ha querido darse cuenta que en política todos los pecados se expían en el curso de su misma práctica, pues en política, a diferencia de la religión cristiana católica o de cualquiera de sus tantas sectas, no hay más mundo que el de los vivos y no hay más juez supremo que la práctica y las masas o las fuerzas del Estado.

Si Leonel Antonio Fernández Reyna, con su reconocida práctica de la gatica de María Ramos que tira la piedra y esconde la mano, azuzó y jugó la carta de la división del partido de las sabandijas del tirano alimaña, y se llevó para su lado a la fracción que ahora encabeza su ultraderechista y recalcitrante Secretario de Relaciones Exteriores, Carlos Morales Troncoso, que ni dominicano es (del que habría que tener unos timbales más grandes que un elefante, para pensar que no es de la sombra más tenebrosa y lúgubre del reformismo de las cavernas más oscuras y anti-diluvianas), en dado caso, la alianza Perrodé-pepegato, con las gentes del Partido Reformista, nadie puede negar que la ha provocado el mismo Leonel Antonio Fernández Reyna y su política, pues solamente un tarado podría no percibir que si el Partido Reformista ese de las sabandijas del tirano alimaña se hubiese aliado al Pálido-pelegato, por lo que tanto afanaron Leonel Antonio Fernández Reyna y el gángster Murmullo Dañino Medina, lo que hubiese resultado es que ese grupo político se hubiese desautorizado a sí mismo en su razón de ser y existir, puesto que de hecho se hubiese pasado al lado de Morales Troncoso, lo cual la más simple lógica indicaba que no sucedería.

Y como tal que no sucedió, entonces Leonel Antonio Fernández Reyna le acusa de ser responsable, en conjunto con el Perrodé-pepegato, de todos los males habidos y por haber en este desgraciado país.

Por su parte el Dañino -gángster Murmullo- Medina ya había anunciado que iría a beber las aguas benditas con olor a incienso de los grupos de presión de la Iglesia Católica-Vaticano y de la Agencia Internacional para el Desarrollo (AID), Participación Ciudadana, Finjus y las ONG’s.

Pero se trata de entelequias por aquí y entelequias de miserables mercenarios por allá.

Que sumadas a estas otras entelequias, como la del Patrado de González Espinosa, pandilla repulsiva y desacreditada por todas las prácticas viles y canallescas que llegan a constituir un capítulo aparte de la historia de la infamia en la República Dominicana, o bien la del grupo de vividores, depravados y oportunistas de Anacaona Decamps, que es el Partido Revolucionario Social Demócrata (PRSD), que tiene un toro negro como símbolo, tratando de capitalizar el pro-haitianismo del nefasto lumpen haitiano José Francisco Peña Gómez, que es una entelequia directamente manejada por la Embajada norteamericana, lo que se encarga de resaltar la misma esposa de Anacaona Decamps, cuando cada vez que un miembro de ese grupo la visita, la hija del contratista de la CIA y aventurero internacional, Dominique Blodhorn, se encarga de subrayar esos vínculos del PRSD con la Embajada norteamericana, dejando el recado en alta voz de: “Le dice a… que estoy en la Embajada…”.

Lo cual no deja de ser una verdadera vaina, aún para el más pusilánime y despreciable de los dominicanos, que se caracterice por el más alto grado de lacayismo y de fidelidad perruna ante los norteamericanos y sus centros de Poder expoliador y de saqueo.

 

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