Crisis creciente hospitales refleja el Estado es un instrumento de la clase burguesa parasitaria

 

La crisis que afrontan los hospitales públicos continúa agravándose cada día, en perjuicio de los sectores más necesitados del país, que son los de menores ingresos económicos, y por tanto, los  más pobres y vulnerables.

Con el neoliberalismo y el libre mercado se ha eximido a las autoridades gubernamentales su responsabilidad de que el Estado tenga que garantizar la salud a todos los ciudadanos dominicanos.

Es por eso que trabajan de manera acelerada y militante en todo lo referente a que los hospitales públicos no representen ninguna solución a los problemas de salud ni de obtención de los medicamentos necesarios, puesto que tanto a los enfermos como las enfermedades el neoliberalismo les da un carácter ante todo de mercancía y negocio respectivamente.

Es que la aplicación de la política neoliberal de privatizar la salud, así como la educación y otros, tiene como objetivo apartar al Estado de todas sus responsabilidades para con la población para que ésta sea presa fácil de la voracidad de las empresas privadas del área de la salud o de la educación tanto nacionales como de monopolios internacionales y se destaca el hecho de que la Iglesia Católica es un componente destacado de los grupos capitalistas que concurren a estos mercados de salud, medicamentos, enfermedades y educación.

El que los hospitales públicos no tengan ningún tipo de medicamentos ni siquiera básicos obliga al paciente o enfermo a tener que pagar el más mínimo servicio que reciba, para que de esta manera entienda que si quiere tener salud debe pagar por ella.

Con el cobro de los servicios de salud, el Estado, al manejarlos para el enriquecimiento del sector privado, en detrimento y perjuicio de la población, pone de relieve que el Estado es un instrumento de los capitalistas.

No cabe duda de que todo esto sólo viene a corroborar la total validez del materialismo histórico y dialéctico, sintetizado por el marxismo-leninismo, a pesar de lo del fin de las ideologías y de la desaparición de las clases y la lucha de clases como base de la sociedad capitalista.

El Estado y todos sus órganos e instituciones tienen, al igual que todo en esta sociedad, un carácter inevitable de clase, en nuestro caso, de clase explotadora de la burguesía y los terratenientes que se sintetizan muchas veces en el clero católico, sobre todo.

Pero dentro de toda esta situación sobresale la realidad de que el sistema capitalista es cada vez más y más contrapuesto a todos los derechos y hasta a las posibilidades de vida y supervivencia de la población. Lo de elaborar y sustentar programas de exterminio masivos por los más diversos medios es un hecho innegable. Y es a lo que llaman el factor K o programa de muerte en inglés.

 

Volver a la Página Principal