El movimiento revolucionario marcha, en zigzag, pero hacia delante

Los oportunistas en total descalabro son los que, en su papel de sirvientes de la burguesía y el imperialismo, pretenden desmoralizar a las masas

 

El singular aspecto del curso y trayectoria del movimiento revolucionario, popular y socialista en la República Dominicana, que necesariamente marcha hacia delante pero no en línea recta, sino conforme a una trayectoria en zigzag, que hace creer a muchas gentes de mentalidad metafísica y escolástica que en vez de avances sólo hay retrocesos, o juzgando los logros del movimiento por figuras individuales y no por la participación e involucramiento, subráyese si se quiere este último aspecto, el involucramiento de los sectores populares, de las gentes reales que se interesan, que se preocupan por lo que sucede y deja de suceder en la sociedad dominicana, en el país.

Si en la década del ’60 y del ’70 ese movimiento se caracterizaba por el hecho de que las capas medias urbanas, sobre todo sus jóvenes intermedios y de abajo, así como un número relativamente considerable de acomodados, se incorporaron e hicieron vida activa en el movimiento, eso sólo marcó un aspecto positivo en cuanto a la extensión del movimiento y de sus consignas democráticas más próximas al liberalismo burgués, hasta el punto de que no existía una verdadera discriminación, lo que es necesario y obligado para garantizar el real avance del movimiento que se ha de medir por la profundización del movimiento, lo que es establecido por la incorporación real por objetivos políticos propios de las masas populares, no como apéndices de la burguesía socialreformista, detrás del PRD con Bosch o Peña, o detrás del PLD con Bosch y Leonel Fernández o a la zaga del agente anti-nacional y anti-popular, el tirano alimaña Joaquín Balaguer y su corrup-PRSC.

Incurren en tremendos disparates los que, como el señor Flores Estrella, al servicio de los renegados Narciso Isa Conde, Fidelio Despradel y toda esa crápula oportunista, hablan del fracaso del movimiento revolucionario, cuando en realidad se trata del fracaso de las concepciones oportunistas que cada uno de ellos ha tratado infructuosamente de imprimirle al movimiento y a su rumbo.

La dialéctica enseña que el movimiento en zigzag de los procesos históricos es un asunto que debe ser estudiado con profundidad y objetividad.

En tanto el régimen capitalista, bajo la hegemonía del imperialismo, desata con todas sus fuerzas el ahondamiento de la pobreza y la miseria, se desestabiliza el medio de vida de grandes contingentes populares, pero eso es sólo parte del curso inevitable de la historia que ha de contar con el papel decisivo del concurso, de la participación, de esas masas. Por ello, Mao Tse Tung dice: donde hay opresión y explotación hay resistencia, hay lucha, hay revolución; ésta es una ley inexorable de la historia.

 

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