Rafael Hipólito Mejía jamás escapará a las justas críticas por su desastroso desgobierno

 

Rafael Hipólito Mejía como ciudadano y por haberse inscrito dentro del círculo de políticos servidores de las clases explotadoras, particularmente en la esfera del capital parasitario y usurero del área comercial y como defensor que es de la hegemonía omnímoda de los monopolios imperio-capitalistas sobre el país, sin importarle las masas trabajadoras, no puede escapar a ser juzgado o enjuiciado ideológica ni políticamente ahora mismo aún ostente, por una artimaña del sistema político estructurado e impuesto por esos mismos sectores de las clases explotadoras y opresoras, el cargo de Presidente del país.

No cabe duda de que ese privilegio infame de que nadie pueda contradecirle ni reclamarle ha deseado Rafael Hipólito Mejía usufructuar, y por ello a cada rato apela a sus íntimas creencias absolutistas autocráticas que lo identifican con el trujillismo, añorando nostálgicamente su restauración, y con espasmos de brusquedad manda a apresar, a dar susto, a secuestrar, a someter ante los tribunales, azuza la persecución policíaco-militar y apoya y propicia que los organismos coercitivos y represivos, como la P.N. y las FF.AA., ejecuten y fusilen en contra de la Ley y la Constitución a ciudadanos y miembros de esta sociedad sospechosos o comprobado de haber delinquido contra los grupos dominantes o faltado a otros miembros de esta sociedad; y si no los ha insultado y vituperado en la forma que entiende más hiriente y peyorativa.

Pero así como vive enjuiciando superficialmente y sin fundamentos serios a otros, situaciones históricas y a instituciones, no le gusta que lo juzguen ni que lo critiquen o que le objeten y cuestionen sus fines, métodos, procedimientos o planes, y esto lo hace, reiteramos, sin tener ninguna formación intelectual y teóricamente apenas haber alcanzado la de perito agrónomo aunque usurpa el título de ingeniero promoviendo que le llamen "ingeniero agrónomo Hipólito" lo cual es doblemente falso, pues ni su primer nombre de pila es Hipólito ni ha obtenido el nivel académico de ingeniero, y de agrónomo sólo domina a nivel comercial el área de la venta de insumos, actividad en la que, si no estamos mal informados, entendemos que aunque acumuló un haber en bienes familiares de 19 millones, sin embargo, en el orden del capital terminó quebrado y vendiendo para no ser incautado y liquidado en pública subasta, aunque después de ser Presidente pueda presentar y se jacte de poseer un cuadro diametralmente opuesto.

Ahora quiere beatificar y canonizar, más rápido que como lo hace con los más rufianes curas el papa de la CIA y el Opus Dei el terrorífico Woj-tyla o Juan Pablo II, a las agencias internacionales del imperialismo norteamericano y en forma especial al FMI. Recuérdese que otro tanto hizo cuando se refiriera a la corrupción, a los corrup-Partido Revolucionario Dominicano, corrup-Partido Reformista Social Cristiano y corrup-PLD, así como a los cabecillas de esas corrup-entidades políticas y a sus actividades de pontífices y beneficiarios de la corrupción que, siendo una epidemia, nadie la creó y que la misma, o sólo existe como chisme de patio o como rumor callejero o es sólo un invento fantasioso que sólo podríamos explicar por medio de atribuirle al diablo su creación y como lo hizo por estar muy cansado los hombres corrompieron el alma y la razón de la vida y por fin el diablo pudo descansar. La corrupción hizo desde entonces su trabajo.

Y así como libró a su adorado tirano-alimaña de toda responsabilidad y protagonismo de corrupción, lo hizo con respecto a Juan Bosch, a Peña Gómez y a Salvador Jorge Blanco y claro para colocarse él en el centro del altar mayor de estos santos varones que, según él, nunca nada tuvieron que ver con la corrupción, así ahora dice que el FMI ha sido injustamente satanizado, que el FMI es víctima de una descomunal injusticia y de la más bárbara arbitrariedad, que el FMI es depositario del más noble espíritu que jamás haya existido y allí existe la gran conciencia de que se debe auxiliar a los pobres.

Pero aún más, con una flema que le lleva a hablar mentiras que matarían de espanto al más mentiroso en tanto él se queda como si tal cosa y como si no fuera con él, dice que eso de que el FMI perjudica a países y arrastra a grandes problemas eso ya pasó de moda y están desfasados los que no entienden que esas eran cosas del siglo pasado, pero que ahora, ya no.

¿En qué mundo es que vive en realidad Rafael Hipólito Mejía? ¿Es que su cinismo y burla para con el pueblo, el país y la inteligencia no tiene madre ni padre? ¿Es que son huérfanos?