En torno al Seminario de la confección del programa FF.AA. para la represión contra todo el pueblo dominicano

 

En las palabras pronunciadas en el acto inaugural del "Seminario Sobre Seguridad Nacional y su Construcción" por Soto Jiménez, hay cosas muy importantes que permiten comprender los fines perseguidos por él, como parte de las labores del "Centro de Estudios Hemisféricos para la Seguridad"; entiéndase aquí seguridad no en el plano de la llamada seguridad social, o sea en el terreno de enfermedades y atenciones hospitalarias, sino en su connotación de sistema coercitivo-represivo militar, político, policial, de espionaje y contraespionaje requerido por los explotadores para preservar la existencia de su régimen de opresión.

El periodista amarillo, con lo que queremos decir que está pagado por los banqueros y los centros propagandísticos que financian los EE.UU. y la Comunidad Europea, llamado Leo Reyes, comentando adocenadamente, como agente oportunista del traidor Peña Gómez, esas palabras inaugurales del Teniente General Soto Jiménez, resaltaba de ellas los muy elocuentes párrafos que a continuación leemos: "Se han dado pasos claros y seguros, con formas legales e institucionales, para que la gran mayoría de la comunidad militar, compuesta por hombres probos, honrados y sacrificados, no sean etiquetados con estigmas correspondientes a individualidades que parecieran ser los malditos remanentes, de una época felizmente superada y de la que de alguna forma todos somos damnificados.

"Las FF.AA. dominicanas, -dijo- han superado bastante los traumas de la guerra fría, que parecieron aislarlas de la comunidad nacional, como causa de sus excesos y privilegios. Son algunos pocos sectores de la sociedad y no nosotros, -enfatiza el General- los que parecen no haber superado esos dolorosos traumas, forjándose en ocasiones percepciones a la luz de otros tiempos que ya nosotros superamos, -¡aleluya!- prestándose con ello a manipulaciones y a las travesuras de gente que no ha superado en el ámbito civil y militar la moribunda dinámica de los tiempos sin historia".

Lo de rehuir con apreciaciones tan inicuas como las de "afanes personales", de "travesuras", el tener que responder con argumentos valederos las críticas que con objetividad formulamos, acentúa lo de la mentalidad trivial y light del Teniente General.

Bien, desearíamos someter a una minuciosa disección cada una de las palabras usadas o pronunciadas por el Teniente General de marras. Reconocemos que no es éste el medio más apropiado.

Sin embargo, hay aspectos que siendo demasiado escandalosa la perversidad con que son manipulados, no podríamos dejar para después, por lo menos en lo que atañe a dejar constancia de sus incongruencias, de la simplicidad mental o de su vinculación directa con los mismos intereses económico-sociales, políticos, militares, ideológicos o coercitivos y represivos que constituyen tanto la espina dorsal y el esqueleto del cuerpo estatal con que a base de crímenes, torturas, abusos, atropellos por montones, con su correspondiente saldo de muertes y asesinatos masivos y en base a lo que se configuraron esas etiquetas y estigmas habrán de cargar sus protagonistas, instituciones e individualidades, como vergüenza por siempre igual que sus propias sombras.

Juzgar instituciones por individualidades es un inequívoco sello de atraso, y cuando se trate de instituciones estatales, quien pretenda definirlas en función de hombres aislados e individualidades simple y llanamente no merece que se le haga mucho caso.

Las instituciones estatales se juzgan como parte del sistema estatal al que pertenezcan a través de un complejo de órganos pertenecientes a su vez a un aparato estatal, en el que las personas, los hombres e individualidades no cuentan o cuentan muy poco, a menos que no sea como parte de una clase o grupo económico-social con una posición definida en relación a ese sistema estatal, es decir, de apoyo o de rechazo a su naturaleza de clase.

Y los sistemas estatales son la superestructura más importante de todas las llamadas a actuar a nombre y en defensa de la clase dominante o hegemónica, por lo que una institución militar o policial inevitablemente existe no en abstracto sino en concreto sirviendo y defendiendo los intereses de esa clase hegemónica para aplastar y reprimir actuando coercitivamente contra aquellos que se oponen o resisten los intereses de esa o esas clases hegemónicas.

No vamos a ironizar emplazando a Soto Jiménez o a sus asesores como Colombo o los traidores y renegados que ya hemos enumerado a que nos digan las alteraciones, las modificaciones vitales de contenido económico-social y político o cambios que han hecho que las FF.AA. y la P.N. ya no encarnen la defensa, igual que en el pasado, que dicen haber superado o rebasado, de los intereses de la burguesía entreguista y antinacional, de los terratenientes, de los politiqueros vendidos y mercenarios, como Rafael Hipólito Mejía o Leonel Fernández, como a los retrógradas y oscurantistas intereses de la Iglesia Católica y el Vicariato Castrense y demostrar por qué ya no responden a los designios del imperialismo norteamericano ni de los monopolios internacionales.

La probidad, seriedad o la moralidad tampoco existen en abstracto, sino en concreto como reflejos de las características ideológicas de las clases en que se dividen los pueblos o sociedades. "Hombre probos" dice el Teniente General, y nosotros, simples ciudadanos, preguntamos: ¿a quién sirve esa probidad?; ¿se trata de una probidad de los explotadores o de los explotados? Sinceramente, General, quisiéramos que nos lo explicara.

A todas luces apunta el Teniente General la mira de su viejo fusil contra nosotros cuando afirma en su segundo párrafo citado que son unos pocos sectores de la sociedad, y no los que componen la jefatura en conjunto de las FF.AA. cuyo líder es él, los que parecen no haber superado los traumas dolorosos fruto de los tiempos de la guerra fría. Pero no cabe la menor duda que lo hace con pésima puntería y falla, no da en el blanco.

En sí una cosa es clara en el pensamiento del Teniente General Soto Jiménez; es que no tiene la capacidad innovadora necesaria para dejar el fardo atrás del lavado de cerebro con que le moldearan el imperialismo y los reaccionarios yanqui-balagueristas, a pesar de los innegables esfuerzos que desde lejos creemos que lleva a cabo.

De sus expresiones se desprende con toda precisión que sigue creyendo o haciendo creer que las luchas y confrontaciones en que las FF.AA. y la P.N., desacreditándose y ahogándose en el lodo de la infamia por la sangre de sus compatriotas asesinados y reprimidos, se ubicaron al lado del imperialismo, de los monopolios, de los explotadores y reaccionarios, antipopulares y antinacionales fue a consecuencia de un alto sentido del deber y la disciplina ¿no sería esto un ejemplo de la falaz obediencia obligatoria? y en consecuencia que sus víctimas, tan dominicanas como Francisco Sánchez cuando Santana lo fusilara, según pensaban, eran parte de un enemigo extraño, que representaba intereses foráneos, enemigo de la democracia, del cristianismo y de la paz y que por ello las FF.AA. y la P.N. se aislaron de la comunidad nacional, escribieron esa deplorable historia de tantas casos inenarrables y nada envidiables, por cierto, por todo lo que fueron premiadas por sus amos con privilegios que dichas instituciones dizque no buscaron ni pidieron, sino que se los obsequiaron por obra y gracia del espíritu santo conforme a su sacrosanto espíritu cristiano en que los acrisolara Rafael Leonidas Trujillo Molina, Benefactor de la Iglesia y Padre de la Patria Nueva.

Sin embargo, resulta que el trauma surge cuando se comprueba que ya no hay más pretextos ni falsos alegatos para seguir haciendo lo que efectuaban desfachatadamente hasta hace poco con toda impunidad, ¿y quién dice que no lo hacen o que no se aprestan a hacerlo a la vuelta de la esquina cualquier día?

Las FF.AA. y la P.N. están para ejecutar coacción, represión y persecución sobre las masas populares; están para favorecer todos los desmanes del imperialismo y sus monopolios en contra de la República Dominicana y el pueblo; están para apoyar a los monopolios como los de las distribuidoras EDESUR, EDENORTE y AES, así como a los llamados empresarios y sus diversas iniciativas con las que destruyen el país y someten al pueblo a un programa de exterminio y miseria.

Lo demás, respetable Teniente General de las FF.AA., José Miguel Soto Jiménez, es pura demagogia barata. En las sociedades divididas en clases no hay otras realidades que no sean las de los intereses de estas clases.

 

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