A la población se le ha vendido una falsa, pero muy falsa idea, respecto a la mal llamada Ley de Seguridad Social.

Se le ha hecho creer, con toda mala intención, que con esa ley y su aplicación la población tendrá asegurada asistencia médica y hospitales, con lo que el Estado y su gobierno, por ejemplo, éste que encabeza Rafael Hipólito Mejía, darán cumplimiento a la disposición constitucional de la obligación de velar por la salud y el bienestar del pueblo o para realizar los derechos de la población.

Y todo eso es mentira. Esa ley, mal llamada de Seguridad Social, sólo contempla comercializar con los dominicanos empleados, en tanto que el resto, que es el 60 o el 75% de la población económicamente en edad de poder trabajar, quedará sin pito y sin flauta. Además de que el grueso de los que trabajan, esto es, que están empleados, no recibirá atención médica ni servicios hospitalarios de calidad.

¿Quién puede pensar que los bancos y especuladores, tradicionales saqueadores del pueblo, de buenas a primeras, por puro amor al prójimo, van a crear un sistema de seguridad social para todo el que lo necesite?

Debemos puntualizar que en el capitalismo y para el capitalista sólo cuenta el que tiene con qué satisfacer una necesidad, pues sólo así ésta pasa a ser una necesidad real. En caso contrario, esto es, si el hombre no tiene con qué pagar, para el capitalista esa necesidad no es real, sino inexistente o ilusoria.

Y la salud es una necesidad. Por tanto, podrá obtener médicos y medicina quien tenga cuartos con qué pagarlos. El resto, es harina de otro costal.

Volver a Página Principal