La Iglesia Católica, su Episcopado y su Conferencia Episcopal Baluarte todos los males del país

Su supuesta oposición a la pobreza y miseria en el país es una farsa y una burla

La Iglesia Católica, con su Episcopado, su Conferencia Episcopal, sus obispos, sus curas, su religión cristiana, son fuentes, mentores, guías, beneficiarios y practicantes tanto de la descomunal corrupción en lo gubernamental como en todos los ámbitos y rincones de la sociedad, lo cual es el resultado, a la vez, de ser dicha anacrónica institución el baluarte de la explotación y la opresión, así como del analfabetismo, la ignorancia, la miseria, la pobreza y el oscurantismo reinantes en el país desde Cabo Engaño a la frontera y desde Pedernales (Cabo Rojo) hasta Montecristi o Samaná. Lo mismo de la opresión política, de la violación de los derechos y libertades democráticas, la Iglesia Católica y todas las sectas cristianas son fuentes que sustentan tales anacronismos.

Si el Papa en diciembre, con la conocida amonestación hecha a las personas de la alta jerarquía católica del país, quiso aparecer ante la sociedad dominicana y el mundo occidental preocupado por la deplorable situación de pobreza, miseria, corrupción, hambre y desempleo predominante aquí, increpando en forma directa a los obispos dominicanos junto al cardenal López Rodríguez, aunque éste, privando en cara dura, diga que no era con ellos que el Papa hablaba, es fruto de que, luego de Wojtila ordenar una minuciosa y pormenorizada investigación de su Iglesia en República Dominicana, el resultado no pudo ser más desalentador como devastador del rol negativísimo de primer orden desempeñado en pro de todos esos males por la Iglesia Católica, de ahí que sólo el primer párrafo de este escrito se parezca, aun muy tenuemente, a los efectos desastrosos que para el país ha tenido la conducta y comportamiento de los cardenales, obispos, curas o sacerdotes y laicos clericales católicos a través de toda la historia patria.

Esa postura del jefe del Vaticano y máxima figura del papismo, trató de ser desvirtuada y distorsionada por el mismo cardenal López Rodríguez, quien se hizo el loco secundado por su recua de cómplices de la Conferencia Episcopal, de ahí que el Papa de nuevo, en el primer mes del año, haya vuelto a reiterar la denuncia de la dimensión descomunal de pobreza, miseria y corrupción imperantes en República Dominicana. Y ¿dónde han estado su Iglesia y sus obispos?

El cardenal López Rodríguez y sus obispos, a regañadientes y ante lo difícil que se torna el futuro para ellos y su gran negocio, han estado, a partir de ahí, efectuando unas que otras declaraciones contra la miseria y la pobreza, pero en realidad manipulando el papel y empleando sus apócrifas posturas para seguir sacando cada vez mayores beneficios de los males que flagelan y desangran las espaldas del pueblo dominicano.

De inmediato, el gobierno, sabiendo que cuando esos ensotanados de negro gritan es que quieren más, les ha regalado un edificio de tres pisos, cuyo valor asciende como a 10 millones o más de pesos, ubicado en la Arzobispo Meriño esquina Arzobispo Nouel.

Mamerto Rivas, saliente obispo del "Comité Regional" del negocio católico llamado Diócesis, para que se vea su real catadura, acaba de someter al empresario típico dominicano, Rodolfo Lama, zar de las plantas televisivas del Sur, por adeudarle nada más y nada menos que RD$7,000,000.00 (siete millones de pesos).

¿De dónde sacó Mamerto Rivas esos RD$7,000,000.00 (siete millones de pesos) para prestárselos a Rodolfo Lama?

Ahí está una buena parte de los recursos estatales por vía del Concordato, el Vicariato Castrense y el Patronato Nacional San Rafael, ahí hay otra parte de las tristemente célebres donaciones internacionales, ahí están parte de los dividendos de ganancias del negocio católico, ahí hay parte de las donaciones de los feligreses, ahí hay dinero proveniente de todas las fuentes donde los energúmenos ensotanados meten las manos y sacan para sus bolsillos y cuentas bancarias.

Ya se conoce que Agripino Núñez fue el garante fiador, ante el Banco Popular, por RD$3,000,000.00 que esta institución le prestara al grupo de mafiosos italianos traficantes en prendas y joyas, "La Paloma", que, en efecto, alzó alto y veloz vuelo.

La participación de toda la Iglesia Católica, y en particular su jerarquía, tanto central como de sus comités regionales llamados diócesis, podría comprobarse en las asignaciones que, como parte de la corrupción y el soborno reinantes, despliegan con carácter permanente las diversas instituciones del Estado. Así, la flamante Cámara de Senadores, cuyo presidente es el incalificable personaje Ramón Alburquerque, que con su claque de Alvarez Bogaert adquirió ingenios del CEA a través de su testaferro de apellido Acosta, oriundo de Cabrera y su vice de Nagua con su cara de equino famélico, en actos de complicidad y coparticipación de la corrupción, le tiene asignadas por lo menos dos subvenciones, mayores cada una de RD$50,000.00 mensuales, es decir, más de RD$100,000.00 mensuales, al obispo Grullón de San Juan de la Maguana, que es cuñado y concuñado del candidato presidencial Hipólito Mejía.