Columpac.gif (3578 bytes)

PACOREDO

El gobierno del lacayo Leonel Fernández no puede ocultar la realidad de la invasión yanqui actual ni la complicidad de Alburquerque y su pandilla del PRD

¡Que se respete el Art. 3 de la Constitución de la República que consagra la soberanía nacional!

¡FUERA TROPAS YANQUIS DEL PAIS!

El actual gobierno, que es en realidad una banda de ladronazos, es además en-treguista y antinacional, como se confirma con su complicidad y propiciamiento de la actual invasión militar norteamericana, cuya base de operaciones está ubicada en la provincia de Monte Plata.

El gobierno que encabeza Leonel Fernández no sólo ha hundido al país y a la población en la más deplorable y dolorosa situación de miseria, sino que únicamente se hace el chivo loco ante la opinión pública que reclama la defensa del respeto a la soberanía nacional y a la integridad del territorio del país.

No cabe duda de que Leonel Fernán-dez es el más indigno de todos los que se dicen dominicanos, mostrándose de cuerpo y alma como carente de escrúpulos y sin pudor, así como de todo sentimiento patriótico y lo mismo que de toda sensibilidad democrática e institucional, como se comprueba con su insolente desprecio hacia el artículo 3 de la Constitución de la República que dice, respecto a la soberanía nacional:

"Art. 3.- La soberanía de la Nación dominicana, como Estado libre e independiente, es inviolable. La República es y será siempre libre e independiente de todo poder extranjero. Por consiguiente, ninguno de los poderes públicos organizados por la presente Constitución podrá realizar o permitir la realización de actos que constituyan una intervención directa o indirecta en los asuntos internos o externos de la República Dominicana o una injerencia que atente contra la personalidad e integridad del Estado y de los atributos que se le reconocen y consagran en esta Constitución. El principio de la no intervención constituye una norma invariable de la política internacional dominicana".

La intervención militar de las tropas norteamericanas es un hecho indigno, opro-bioso y repulsivo que nada ni nadie puede negar, y los argumentos y estratagemas empleados tanto por el imbécil secretario de Asuntos Exteriores Latorre, como por el corrupto e inmoral Ramón Alburquerque, que para vergüenza de todos en el país ostenta, sin cualidades morales, la Presidencia del Senado de la República en representación del PRD, sólo sirven para retratar en cuerpo y alma la podredumbre y el lacayismo de la canalla infame que dirige tanto el gobierno, como al Pálido y al PRD, lo mismo que al PRSC.

Latorre, luego de haber apoyado, a nombre del lacayo yanqui Leonel Fernández, el genocidio perpetrado en Yugoslavia por los EE.UU. y la OTAN contra ese país tercermundista, ha proseguido en su asquerosa labor justificativa de cuantos abusos y atropellos cometan los EE.UU.

Y es así que expresa burlonamente que no es verdad que los miles de soldados y tropas norteamericanos, cuya base principal está enclavada en Monte Plata, representen una intervención, sino que se trata de una operación de ayuda de EE.UU. a la República de buena voluntad para construir 8 escuelitas de campo y que los yanquis, para atacarnos militarmente, no necesitan de una base militar establecida en el país.

Para construir 8 escuelitas o para una cooperación desinteresada con la República Dominicana, es insólito hablar y mucho menos que se les acepten 5 mil soldados invasores a los EE.UU. No cabe duda, los planes del gobierno no son otros que sentar las bases para destruir la nación dominicana.

Y para rematar las estúpidas explicaciones del imbécil ministro de Exteriores, Latorre, del gobierno lacayo de Leonel Fernández, que quiere hacer uso del cuento de corte boschista de que los norteamericanos estacionados en Monte Plata y que se mueven libremente por todo el país, son tropas que están en plan de cooperación con lo de las construcciones de las 8 escuelitas de campo, comparemos sus indignantes palabras con la realidad de que el gobierno de Japón, sin un soldado japonés pisoteando la soberanía nacional, entregó el pasado 11 de mayo, cosa de que informa la prensa el día 12, nada menos que la última llave de un total de 52 escuelas en todo el país.

Latorre formula una estúpida teoría, propia de un imbécil y a la que sólo los imbéciles entreguistas gobiernistas pueden dar crédito. Dice Latorre que con la modernidad tecnológica, los EE.UU. no requieren de bases militares aquí.

Esa es una estúpida teoría, propia de imbéciles exactamente. Basta y sobra saber que los EE.UU. no es un militarismo ni un pentagonismo de por sí ni por simple amor al arte, como estafadoramente quisiera meter de contrabando Juan Bosch en su condición de traficante de engaños para los pueblos con su panfletón: "El pentagonismo….", sino que es un imperialismo, cuya esencia económica es el poder de los monopolios internacionales, que tiene como cometido fundamental la expoliación y saqueos de todos los países del mundo, en especial los atrasados de Africa, Asia y América Latina, objetivos para los cuales, en determinadas circunstancias, recurre a la acción militar. Pero que no desperdicia en propiciar y crear situaciones que le permitan establecer bases militares de agresión y chantaje armados, lo que sí es constante y permanente, como se corrobora actualmente en el mundo entero, para sus objetivos económicos y políticos ulteriores.

Ante la imbatible denuncia de fácil comprobación hecha por nuestro Partido (PACOREDO) y por el periódico "¡Despertar!", primero apareció en la T.V. el señor Ramón Alburquerque, propiciador de la invasión, con un programero mercenario llamado Miguel Hernández, tratando de pintarse como un santón ingenuo incapaz de servir de agente para una potencia extranjera. Beodo y con su vicio a cuestas y persistiendo en sus ya conocidas miserias humanas, caracterizadas por la inmoralidad, se esforzó para hacer una especie de 4 por T.V. pretendiendo, como todo alcohólico, demostrar que no estaba borracho, donde con palabras y forzada ecuanimidad pretendía dar cuenta de su sobriedad.

Pero sus infantiles y disparatosos argumentos ridículos daban cuenta de su carencia de talento hasta para tejer tan ingenuas mentiras.

Es falso lo dicho por Ramón Albur-querque de que nunca se juntarían en Monte Plata cinco mil soldados, sino que la mayor cantidad no pasaría de 350.

De igual modo, con estropajosa lengua no logrará pasar de contrabando ni convencer a nadie de su absurda y bestial teoricucha de que son los pueblos los que hacen la guerra, y que son ellos los que crean los ejércitos opresores suyos y demás disparates por el estilo.

Las afirmaciones incoherentes con las que pretendió ese sábado de mayo echar encima del pueblo dominicano la responsabilidad de la actual intervención militar yanqui, así como su condición de lacayo inveterado, nutrida en sus miserias humanas personales, sólo ponen en evidencia su condición de canalla inmoral vendido y entregado a los invasores extranjeros.

Alburquerque, como un lumpen degenerado, sólo se acuerda de la Constitución de la República cuando le conviene y para sus bajas pasiones y mezquindades, como es citar un artículo de la Carta Magna para el asunto de los 10 dólares que se cobran en el Aeropuerto para salir del país, pero no se acuerda de que la Constitución, en su artículo 3 citado anteriormente, dice que el Poder Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial carecen de facultad para autorizar la intervención de país extranjero alguno contra la soberanía nacional.

Prosigamos denunciando la invasión y reclamando su retiro inmediato del territorio nacional, convirtiendo esta digna labor en una tarea de desenmascaramiento de estafadores y farsantes, tipo Latorre y Alburquerque.

Comité Político del Comité Central del Partido Comunista de la República Dominicana (PACOREDO)

12 de Junio de 1999, Santo Domingo, R.D.