Si la ciencia no falla y los adivinos y brujos no son más que estafadores Candelier en la Jefatura policial se enfrenta a su Waterloo

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Tras el gobierno sacar abruptamente al inepto y fantoche Sanz Jiminián de Jefe de la P.N. y habiendo colocado a Pedro Candelier Tejada del E.N. en su lugar para que comande el Estado Mayor de la P.N., el más optimista de los creyentes en el actual régimen de cosas está consciente de que Candelier transita el camino hacia un seguro Waterloo, es decir, a una derrota categórica y ensombrecedora de su carrera militar.

Sanz Jiminián fue el producto salido de un aventurero-mercenario que vistió el uniforme militar USA durante la Guerra de Vietnam, aunque, claro está, no participó ni estuvo presente, para desgracia del pueblo dominicano, en el campo de batalla, frente al ejército popular vietnamita.

Y de ahí vino y pasó enganchado de una u otra forma a la P.N. con la tarea de ir por cada oficina y Secretario de Estado y recoger los fondos que se le descontaban poco después de 1970 a cada empleado público para ser entregado bajo el irónico título de contribución voluntaria a las arcas de la otrora poderosísima Emma Balaguer, con su funesta Cruzada del "Amor".

Pero además se enganchó a la familia del general Mélido Marte, hombre clave que vincularía a Balaguer con todo el engranaje militar del trujillismo, y de ahí su preponderante papel en el país desde el 1ro. de julio de 1966 hasta su muerte, ocurrida mucho tiempo después.

Sanz Jiminián nunca hizo ni siquiera yuca ni fue parte de la dinámica interna de la institución que terminó comandando. Se distinguió -cosa que siguió haciendo- por prestar una exagerada atención al acicalamiento y maquillaje como un hedonista a su imagen física que al parecer le ha rendido grandes dividendos dentro de sus actividades.

Como parte de ésa, se empeñó en tener una imagen pública del mismo tono, haciéndose el gracioso con los dueños de la prensa amarilla y complaciente para con sus funcionarios. Pero es muy difícil que los estudiosos de la conducta individual humana se equivoquen siempre del todo o carezcan en absoluto de validez real, si así ocurriera no serían, como lo son, una parte imprescindible de la superestructura de la sociedad de explotación del hombre por el hombre moderna, o sea, el capitalismo.

Estos estudiosos llaman la atención en forma individual siempre a que el narcisismo, con sus turbulentas raíces, está vinculado a ciertas inclinaciones en un momento dado de su conformación al sadomasoquismo.

Y al parecer al pasar balance de la trayectoria de Sanz Jiminián al salir de la Jefatura P.N. están confirmadas las precisiones de los sicólogos de la conducta e inconducta de los individuos. Dejó sembrado de cadáveres y muertes el país entero. Para explicar sus manejos en los procedimientos investigativos se usa la comparación literal del centro nacional de huesos rotos Hospital Darío Contreras con la P.N., y se dice que Sanz Jiminián trasladó el Darío Contreras para el Palacio de la P.N.

A la vez, fruto de una formación cultural digamos que oropelesca, se inclinó por el recurso del "pantalleo", o sea, de una manía de aparecer figureando en la prensa escrita, radial y de TV, dando a entender que así estaba cumpliendo con sus deberes.

Aquí estriba el primer gran reto que tiene por delante Candelier. La desarticulación del aparato de infraestructura criminal que a todas luces incentivó aún más Sanz Jiminián. Si Candelier no enfrenta este asunto y no lo hace con firmeza y decisión, no es verdad que su gestión tendrá un carácter diferente en cuanto a la lucha por controlar la delincuencia. En tanto la P.N. posea, además de su naturaleza general, esa particular infraestructura que con tanta facilidad siembra de cadáveres el país y deja mutilado a un gran número de ciudadanos, será imposible que sea un instrumento siquiera medianamente aceptable para enfrentar la delincuencia. ¿Lo hará Candelier? La cuestión del macuteo es molestosa, pero dudamos que tenga tanto peso como el de la infraestructura a que nos referimos, y tenemos el convencimiento de que es dicho aparato o escuadrón interno de muerte y corrupción el que manipula el odioso macuteo que ha dicho Candelier que busca desarticular.

Candelier debe pasar revista de los oficiales bajo cuyo mando han ocurrido hechos de sangre donde ha habido muertos o donde éstos han aparecido asesinados a balazos, como ha sucedido hace menos de un año en Villa Mella, Km. 13 camino a Yamasá.

Otro aspecto es la desprivatización de la P.N.

Aunque Candelier ha anunciado que todos los policías deben reportarse al cuartel general, queremos presentar al gran público que nos lee cuál es el verdadero problema a resolver en este aspecto. Se trata de que las grandes casas importadoras y comerciales como Plaza Lama, La Sirena, La Gran Vía, Sederías California, lo mismo que los de autos y repuestos, bancos, supermercados, etc., tienen trabajando como empleados suyos a decenas y decenas de agentes policiales cada uno, a quienes les paga la P.N. sin prestar un servicio a la sociedad, sino a ésas y sólo a esas empresas privadas en particular.

¿Quién organiza esto? No hay duda que desde el seno de la P.N. hay una infraestructura que se dedica a eso y a la vez a recibir la remuneración sistemática correspondiente.

Candelier tiene que ponerle coto a estas prácticas, y de inmediato; si no, será triste y doloroso verlo al final como parte de lo que dice combatió ahora, esto es, de la delincuencia uniformada.

-CONTINUARA-