Los balances, las cifras, los hechos, las estadísticas y las informaciones dan cuenta sólo y únicamente

Colapso total y absoluto del régimen imperante del período completo de los últimos 50 años

¿Qué grupos de clases, qué instituciones y qué ideologías y creencias sustentan, profesan y defienden los irresponsables causantes de todo este desastre nacional?

No son de izquierda, no son comunistas ni socialistas

Son reaccionarios anti-comunistas, religiosos e Iglesia Católica, oligarcas conservadores, todos lacayos y genuflexos cómplices del imperialismo EE.UU. como los de la prensa amarilla y mercenaria

 

La población del país, desde la muerte del dictador, se empezó a hacer la idea, equivalente a la esperanza, de que sus males, representados por la extensa lista de necesidades materiales de índole social, económica, de salud, vivienda, educación, trabajo, respeto a sus derechos democráticos y humanos, como al libre ejercicio de la libertad de prensa y del pensamiento, así como que éste posea la garantía de ser difundido, además de sustentado, sin tener que exponerse a los maltratos, al discrimen, a las persecuciones, a la exclusión de sus derechos constitucionales y humanos, iban a encontrar, por fin, la tan anhelada solución a manos de los estamentos, grupos y clases que iban a pasar a tener el control del Estado y del Poder para disponer, desarrollar y garantizar que todas las expectativas sobre asuntos tan perentorios e inaplazables fueran resueltas.

Desde el 30 de mayo del 1961, y particularmente desde el fin de ese año, en que se anunció formalmente la ida forzosa de los familiares y allegados como comprometidos con aquellos horrorosos 31 años de terror y el crimen entronizados en el Poder omnímodo de la Jefatura del Estado hasta la fecha actual -fines del año 2007 y ya entrando de lleno en el siglo XXI, habiendo dejado atrás el siglo XX al iniciarse el año 2000-, habiendo transcurrido 46 largos años, casi exactamente medio siglo, que no es paja de coco, aquellos mismos males, que llenaron toda una plataforma programática de necesarias reformas y transformaciones, siguen ahí, con la única y palpable variación de que dichos males están ahora más acentuados, de que a éstos hay que sumar, como otros tantos, las secuelas de aquéllos surgidos a su vez por no haber sido resueltos y superados esos males tangibles, tanto así, que eran, al igual que hoy, palpables, y que sólo los ciegos, por gusto o gratuitos, no los veían, como no los quieren ahora mismo ver, y cuyos reclamos de que sean resueltos son tan estruendosos y escandalosos que hasta los más sordos los oyen, y la gravedad que revisten en la actualidad hace pensar que nos enrumbamos no hacia la superación de la que habla y se designa con la expresión desarrollo, sino que nos precipitamos a caer por un derricadero sin retorno; y es que son tantos esos males que ahora son dobles de los que existían en el 1961, tomado como punto obligado de referencia, que hasta los mudos hablan de dichos males y de sus magnitudes o tamaños descomunales.

Lo cierto es, la lógica de las cosas lo advierte y el sentido común pauta, que si tales males, demasiado bien conocidos, hasta el punto de que para su solución se han confeccionado y elaborado programas completos y detallados para que sean resueltos, incluso sin que hay que recurrir, según han querido por demás subrayar los que los apadrinan y presentan como fruto de su ingeniosidad, inteligencia y talento creadores de tan “generales” (así entre comillas) panaceas a nuestros males nacionales, sociales y económicos como culturales y de carácter crucial para que la misma se haga posible y pueda seguirse sustentando, no se han resuelto y no pocos segmentos componentes, y hasta gran parte de los afectados de los males, se sienten desilusionados, y no son pocos a los que la desesperanza ha definitivamente abatido, cundiendo en muchos el más fatal pesimismo, generador de una extensa actitud de indolencia, con su correspondiente podrida ideología que postula aceptar lo que venga, y el más pestilente conformismo y envilecimiento, tan propios de los crápulas que nutren las canallas, en una palabra, que todo lo que, como reformas, han sido destinadas a corregir y a subsanar los males, han fracasado, y todo esto es el resultado de que dichos males son defendidos e implementados como desarrollados por poderosos sectores económicos, político-militares e instituciones que tienen como piedra angular de su existencia la supervivencia y vigencia de los males que la población, en más de un 90%, reclama sean resueltos y eliminados. Se trata en realidad de clase retrógradas que medran y se nutren, tanto de la explotación, de la opresión, del oscurantismo y del analfabetismo, como de la superstición y el atraso, sin importarles el carácter infame e ignominioso de todos estos asuntos negativos o males, cuyo peso gravita aplastando al país, a la sociedad y a la población.

Se trata de que las gentes están obligadas a entender esto, ya que, en tanto no han querido hacerlo, se han convertido en víctimas del engaño de los representantes y sustentadores de los males que las aniquilan -esto es, a las gentes del pueblo- pues mientras éstas no adquieran conciencia plena e inconmovible de que los males son en realidad esas clases y esas instituciones, con su política, su propaganda en defensa de su obsoleto y arcaico sistema de subyugamiento de la mayoría, las gentes, que son esta mayoría, no sólo serán engañadas y burladas por aquéllos, sino que serán víctimas de sí mismas, de su mismo atraso, o por ser demasiado pendejas.

Y es que para que las cosas sigan siendo como hasta ahora han sido, que los mismos representantes de los verdugos del pueblo aceptan y reconocen, por ejemplo, que la educación general de la población, y en particular la de la escolaridad, a los niveles tanto inferiores como superiores, es realmente inservible y un producto de pocilgas de puercos, pero no de seres humanos racionales; que de las aulas escolares, incluidas las universitarias, no tan sólo de la cualquerizada y convertida en un gran burdel o mercado de la peor abyección UASD, sino de todas las presuntuosas universidades privadas, los que salen de ellas son borregos titulados, que se diferencian de los infelices asnos en que los titulados están dotados sólo de la más vil falta de escrúpulos y orfandad total de pudor, para los que sólo cuentan su aborrecible culto a sus bajas pasiones y a sus torpes instintos, pues para ellos y en ellos sólo pesan sus ambiciones y su afán de servirse de los demás. Día tras día, la opinión pública es estremecida por el estado de descalabro de la educación pública y la desatención deliberada y calculada de ésta por parte del Estado y de los gobiernos que lo manejan, esto es, al Estado.
Ahora la Unesco, que es la institución de las Naciones Unidas encargada de la educación, ciencia y cultura a nivel de las esferas suyas que pretenden abarcar a toda la humanidad, ha establecido que la República Dominicana ocupa un lejano y asqueante lugar entre los países que componen la lista, en orden decreciente, de los de peor educación pública, cuyo Estado y su gobierno menos les importa lo concerniente a ésta. Que no se cumplieron aquí las expectativas trazadas para el primer período del milenio, período que abarca como hasta el 2015. Lo mismo respecto al asunto de los programas y acciones para contrarrestar el analfabetismo en los adultos. Todo el mundo sabe que la tasa de analfabetismo en el país sobrepasa, como multiplicada por 4 ó más el porciento de 14.5 de analfabetos que dicen los grupos y clases dominantes existe entre los dominicanos.

En el área de la salud, de salubridad y medio ambiente, como de acceso de la población a la atención médica y a respaldo hospitalario, el desastre no puede ser mayor ni más espectacular como asombroso.
La llamada reforma del sector salud, dispuesta e impuesta desde arriba por las clases dominantes, a través de sus gobiernos títeres (sean del Pálido-Pelegato ahora en el Poder, o del Perrodé -hoy fuera del gobierno pero no del Poder- lo mismo que los reformistas socialcristianos, cuyo rostro lo define el vil ignominioso, como criminal y depravado tirano alimaña Joaquín Balaguer), ha conllevado el empeoramiento drástico y se teme que culmine en una desatención total, como ya viene aconteciendo, de la población enferma.

La reforma del sector salud, con la Ley de Seguridad Social y el Seguro Familiar Básico de Salud, como se le designa, no sólo se ha comprobado que es un caos y una anarquía sin precedentes, sino que se está demostrando que es un robo y una estafa, implementada de común acuerdo entre los bancos (como instituciones especulativas pertenecientes al parasitario sector del capital financiero mundial de los monopolios) y los gobiernos títeres suyos, como el de Leonel Antonio Fernández Reyna y el del rufián Rafael Hipólito Mejía del Perrodé; todo esto respaldado por el coro de las sabandijas creadas por el adefesio monstruoso que fue el tirano alimaña, sólo con la finalidad y objetivo único de estafar a la población robándole sus recursos, y amparados en la más repulsiva impunidad que tiene, en lo que se llama Judicatura, como órgano del Estado, su garante de que, a pesar de todos los desafueros y monstruosidades perpetradas, aún violando leyes, Constitución y contratos, contra las gentes del pueblo, nada les ocurrirá y que siempre quedarán exentos de toda responsabilidad y, por lo tanto, eximidos de castigo en los tribunales por los jueces y el Ministerio Público, que es parte del tinglado neoliberal orquestado y dirigido por el imperio-capitalismo mundial.

Del mismo modo resalta que las encuestas efectuadas con el fin de las clases, instituciones y partidos dominantes monitorear cómo van sus cosas, reflejan que el 98% de la población está convencida de que en el actual régimen predomina la corrupción; por otro lado, una de esas encuestas, hechas con fines muy oscuros y turbios, puesto que de sus exploraciones se excluyen los tres sectores que todo el mundo está consciente que son los que instrumentan y dan cuerpo, con sus actividades y la naturaleza misma de éstas, a la corrupción, establece que la Policía Nacional y los partidos políticos -así, esa encuestadora, aviesamente lo generaliza y absolutiza, metiendo a todo lo que diga partido y político en el mismo saco, cuando en verdad la expresión partidos políticos sólo y exclusivamente se refiere y abarca a los tres conocidos como los partidos del sistema y a sus satélites de mercenarios sobornados miserablemente- son las instituciones más corruptas de todas, seguidas por las FF.AA. (Ejército, Aviación y Marina de Guerra, como Dirección Nacional de Control de Drogas -DNCD-), el Congreso y la Dirección Nacional de Control de Drogas (DNCD), Judicatura -Tribunales- Jueces y Fiscales.

Esa aseveración, consistente en focalizar a estas instituciones como las más corruptas -y ciertamente que lo son, como también son criminales y baluartes del reaccionarismo y violentación de los derechos ciudadanos, etc.- es unilateral, busca ocultar, no sólo las causas de esto, sino a las clases e instituciones propiciatorias de esa podredumbre asqueante.

Sin necesidad de ser un genio ni un superdotado, se sabe que todas esas instituciones, como la Policía Nacional, los partidos políticos del sistema y sus grupos de miserables mercenarios, el Poder de la Judicatura, jueces, tribunales -sobre todo la Suprema Corte de la Judicatura-, el Congreso, con sus dos Cámaras y su extensa empleomanía, y las Fuerzas Armadas -Ejército, Aviación, Marina de Guerra y Dirección Nacional de Control de Drogas (DNCD)- están bajo el control y manejo absoluto y estricto del gobierno-Poder Ejecutivo del Estado, que es el del Pelegato Pálido de Leonel Antonio Fernández Reyna, de la Iglesia Católica-Vaticano que, con el Concordato, desde el 1954, es la protagonista beneficiaria de la privatización de la educación, que en esa fecha, bajo la dictadura de Trujillo, empezó a desarrollarse en forma oficial e ininterrumpida; que, con el Vicariato Castrense del 1958, la Iglesia Católica -co-mo parte del Concordato- tiene el dominio total de la Policía Nacional y de las Fuerzas Armadas como de la DNCD, en particular en cuanto a su formación espiritual y moral; resultando que son instituciones corruptas, criminales, extorsionadoras, asesinas, violadoras de todas las leyes y la Constitución bajo todas las formas y grados. Y, por vía del Patronato Nacional San Rafael del 1958, la Iglesia Católica-Vaticano, vía el Opus Dei, tiene el control de todos los patronatos que operen a nivel de instituciones estatales o autónomas, como acontece, en efecto, con los de la Judicatura, el Congreso y los tribunales, que todo el mundo sabe, son titereados por la Iglesia Católica-Vaticano; y, finalmente, dentro de este orden ¿qué de los corruptos y canallas, como vilmente miserables mercenarios partidos políticos del sistema? ¿Acaso alguien se atreve a dar el espectáculo, aún en medio de este medio ambiente ultra-hipócrita, por ser cristiano -sobre todo católico, que es lo más espurio, criminal, parásito, desalmado, prostituido, etc.- de fingir ignorar que es a los tres corrup-partidos del sistema a los que se refiere y con los que tiene absoluta y total validez el informe de la entelequia Participación Ciudadana o grupo de presión de la Iglesia Católica, en su maridaje (de la Iglesia Católica) con el imperialismo norteamericano a través de la Agencia Internacional de Desarrollo norteamericano que controla la CIA?

¿Cuál de los tres es más adicto a esa misma Iglesia Católica y al imperialismo norteamericano y que, como tales, esos tres corrup-partidos del sistema viven, sin pudor ni escrúpulos, como vulgares y rastreras prostitutas envilecidos hasta el último nivel inferior de lo infame, compitiendo entre sí, sin que nunca se haya podido establecer cuál de los tres se lleva el triunfo, para demostrar cuál es más abyectamente vasallo de la Iglesia Católica, su estafa y su parasitismo?

La otra institución, de la que Participación Ciudadana, como perversa entelequia mercenaria y venal, calla su papel preponderante en la corrupción general del Estado, es la prensa amarilla y mercenaria, desde los órganos escritos diarios como “Listín Diario”, “Hoy”, “El Caribe”, “La Información”, “Diario Libertino”, “Nuevo Diario”, “El Día”, “Clave Digital-Clave Semanal”, la televisada y la radial, que son los que aúpan y manipulan la corrupción, acorde a su beneficio y conveniencia.

Pero de seguro que en esas investigaciones y encuestas (las que son su elemento metodológico, de modo y, por lo tanto, su procedimiento preferido) no incluyeron el parasitismo a costa del país, del pueblo, de la sociedad y siempre vivir sin trabajar a costa del prójimo, que es el alma, la sangre, el plasma y la vida de la Iglesia Católica, como forma material y concreta del flagelo de la corrupción. Y es que, de haberlo hecho, los resultados inequívocamente arrojarían el saldo categórico y contundente que, sumado a la vinculación con los crímenes y ejecuciones parapoliciales, con la ola de pedofilia, homosexualidad, lesbianismo, impunidad, tráfico de drogas y contrabando fronterizo, sobre todo con Haití, desde y para Haití, la Iglesia Católica-Vaticano aparecería ocupando, sin contrincante alguno, el más alto sitial y, por lo tanto, el primer lugar.

Si todo esto se conjuga (por no decir se suma, que, aunque se parece, no es tan aproximado a la horripilante realidad, puesto que la suma es un procedimiento aritmético que es demasiado mecánico y exterior, mientras que conjugación es una acción más dialéctica, que da la idea de cálculo integral y diferencial), con los datos catastróficos del Programa para el Desarrollo de las Naciones Unidas (PNUD) de que, a pesar de todas las vagabundas chácharas de Leonel Antonio Fernández Reyna y sus corifeos de ladrones y criminales desalmados, en cuanto a crecimiento, la verdad es que en el terreno económico, la miseria y la pobreza se han fosilizado, arrastrando a las tenebrosidades de sufrimiento de su mundo indeseable a cuando menos el 50% de la población dominicana, mientras que, del otro 50%, el 90% vive en medio del pánico terrorífico de cuándo le llegará próximamente la fatal hora de irse para ese inmundo pantano, del que resulta desmesuradamente difícil liberarse y volver al lugar del que vino, o sea, que el empobrecimiento de las gentes y sectores sociales bajo el neoliberalismo, el dominio imperio-capitalista y el parasitismo monstruoso de la Iglesia Católica-Vaticano, que elimina y conculca, con el Concordato, Vicariato Castrense y Patronato Nacional San Rafael, la soberanía del Estado dominicano y anula la autodeterminación del pueblo dominicano, es un camino de una sola y única vía, sin medio de regreso, esto es, irreversible.
La verdad, la pura y única verdad, es que el panorama completo, que es retratado por las organizaciones internacionales, por los investigadores independientes y los estudiosos de los fenómenos de opresión y explotación, tanto sociales como nacionales, es que, a lo que nos enfrentamos los dominicanos no es otra cosa que al hecho que testimonia que todas las expectativas y esperanzas, ofrecidas y emanadas de los partidos políticos del sistema y sus líderes de pacotilla, verdaderos lacayos redomados de una genuflexión tan asqueante como degradante, han colapsado de una vez y para siempre en República Dominicana.

Estos partidos políticos del sistema, sentina de excrementos humanos y desalmados, que son los que han defraudado y estafado al país, a la sociedad y al pueblo dominicanos, en su sistema político, hecho y cocinado a la medida de sus infames como viles fines, se aprestan a efectuar unas elecciones para renovar la continuación de su labor de estafar y super-explotar y oprimir, hasta un grado insoportable, a la población. Así están los del Perrodé, con Miguel Vargas Maldonado como candidato y los pálidos pelegatos con el disoluto, inepto e incapaz Leonel Antonio Fernández Reyna, que busca reelegirse; descártese, por insignificante, al crápula Amable Aristy Castro, que es tan podridamente corrompido y corrupto que si los perros se lo comen después de muerto, desaparecen por envenenamiento del escenario nacional. Ni los gusanos se salvarán de carne tan contaminada de infamia y depravación.
¿Qué deberían hacer las gentes de la población ante éstos y sus elecciones? Que nadie piense que harán algo a favor de nada que no sea su podredumbre y su estafa, puesto que si tienen, desde el 1961 hasta la fecha, sucediéndose en el Poder, bajo la nefasta dirección del imperialismo y de la Iglesia Católica-Vaticano, y nos han llevado a este precipicio, es claro que nada harán y que todo lo que dicen y prometen es parte de su engaño que llevan a cabo para hacer víctima suya al pueblo.

Dejémosles que hagan su elección presidencial, si acaso la población no explota antes como un volcán en llamas y materia incandescente y arrasa con todo lo que encuentre de por medio.

Sigamos trabajando, creando conciencia de clase, de pueblo, de nación oprimida y subyugada. No desmayemos ni le demos tregua al enemigo, que son el imperialismo, la Iglesia Católica, los explotadores, los terratenientes y sus verdugos.

¡Jamás desmayemos!, que son ellos los que han fracasado.

 

Volver a la Página Principal