LA INFAMIA Y LA INGRATITUD

Del llamado Nicolás de Jesús -Hildebrando Borgia- López Rodríguez nada extraño tienen: son comunes a todos esos necios supersticiosos
 

Cuando la prensa mediática del martes 23 del mes de enero se esmera en destacar, como si tal cosa, que el nombrado Nicolás de Jesús -Hildebrando Borgia- López Rodríguez, al ser dado de alta por los médicos cardiovasculares y cirujanos, junto con el personal médico asistente que lo atendiera haciendo uso de los avances alcanzados en su desarrollo por la ciencia y la tecnología (contra la que la Iglesia Católica-Vaticano y las religiones, con su apego al oscurantismo y a las supersticiones ha luchado desde aquellas cartas -epístolas- del llamado Pablo de Tarso en que éste arremete contra la ciencia y los sabios y expresando que siendo éstos unos necios, dice que “a su dios le gusta manifestarse a través de los que niegan y rechazan a los sabios y a la ciencia, como los imbéciles y los locos”, llegando tan lejos en sus torpes afanes en contra de los avances y logros de la ciencia, que no vacilan en cometer crímenes espantosos por montones, los cuales aún todavía siguen perpetrando sin el menor remordimiento contra los partidarios de la ciencia y la cultura, en su vano y salvaje afán por detener sus avances y acallar sus logros), y así, al preguntársele sobre su salud, ese fanático y aberrado personaje, Nicolás de Jesús -Hildebrando Borgia- López Rodríguez, respondió: “Bien, gracias a dios”. ¿No es acaso ésta una expresión de malagradecimiento, arrogancia e ingratitud?

No cabe la menor duda de que, en su obsesivo fanatismo oscurantista y supersticioso de carácter mágico-religioso, sintetizado en el “bien, gracias a dios”, estos sujetos, portadores y sustentadores de tales aberraciones, se esmeran en exhibir su elevado nivel de alienación y enajenación obsesivo-patológica que los coloca en el mismo lugar de los locos de amarrar o de los seres malditos recargados de resentimientos en contra de la humanidad y de los seres humanos.

Pero además de la enajenación y alienación que implica y encierran todas esas falacias de las basuras e inmundicias religiosas cristianas, y catolicistas en particular, es indudable que estos individuos, a la par que esas aberraciones siquiátricas y sicológicas, poseen incorregibles deformaciones de espíritu que los convierten en exponentes vivos y andantes de la insensatez, convirtiéndolos de hecho en retratos tanto de la ingratitud y la infamia, como de las canalladas y las vilezas características de los seres más despreciables e inmundos. Y es, simple y llanamente, que sin estas deformaciones ahogándoles el alma y la conciencia ya inutilizadas, no podrían existir estos nauseabundos especimenes.

Asimismo, es digno de destacar que el cristianismo, tanto católico como protestante, en cualesquiera de sus expresiones sectarias, es tan reflejo de los intereses de los esclavistas y opresores que, al tiempo que viven de los otros y del trabajo ajeno, no dejan de repetir toda clase de fórmulas despectivas y atropellantes del ser humano. Y es que, en efecto, para los esclavistas, y el cristianismo es una religión esclavista ante todo y por todo, los esclavos son dignos sólo del desprecio y no tienen ni alcanzan la condición de seres humanos.

Así, la ingratitud y la infamia, manifestadas por el llamado cardenal Nicolás de Jesús -Hildebrando Borgia- López Rodríguez, que al cuestionársele por su salud tras la aplicación de la ciencia y la tecnología en manos de los médicos para curarlo, responde “bien, gracias a dios”, no sólo es una necedad mayúscula, sino que es el reflejo más exacto de la intrínseca perversidad invariable de espíritu que poseen los sacerdotes y jerarcas eclesiásticos católicos cristianos, y eso es hasta lógico, puesto que si careciesen de esa malsana ingratitud e infame comportamiento, no podrían convivir en paz con el engaño y el abuso permanentes que necesitan para vivir de las gentes y quedarse como si tal cosa, y que nada les importe.

Si cualesquiera lee un reportaje que se publica en el “Hoy” del miércoles 24 de enero sobre el llamado Centro Bonó de los jesuitas, se encontrará con que estos depravados y pervertidos incorregibles, no sólo que viven a costa del pueblo y del Estado dominicano, sino que se jactan en afirmar que su labor principal es abogar y luchar por la destrucción de la República Dominicana, dejando en el aire la idea de que, según ellos, gente sólo son los haitianos para los cuales trabajan, en conspiración contra los dominicanos.

Ante esa situación, que se corrobora con tantos ejemplos que si los tratáramos de reunir jamás terminaríamos de hacerlo puesto que son infinitos, nosotros les recomendamos a todos los dominicanos y seres humanos racionales que, en vez de prestarse para alimentar y sostener el parasitismo, la ingratitud y la conducta infame del cristianismo y la Iglesia Católica-Vaticano, se dediquen a alimentar cocodrilos, tiburones, tarántulas, serpientes y lo que sea, que por lo menos hasta su veneno puede resultar de algo positivo, pero de la Iglesia Católica vaticanista, de sus sacerdotes, como de los pastores, sólo esperen perversidad y maldad, pero algo bueno, jamás.

 

Volver a la Página Principal