INEPTO E IRRESPONSABLE

Sólo preocupado por su fortuna personal el pueblo y el país deben esperar lo peor y más trágico de parte de Leonel Fernández y su gobierno
 

Las actividades que despliega el señor Leonel Fernández, así como la connotación, esto es, el rumbo y el punto de vista acentuada y esmeradamente de lacayo a los monopolios extranjeros, a los yanquis en particular, que le imprime a esas actuaciones suyas, lo que prácticamente constituye el espíritu de su inconducta, dan a entender que este Leonel Fernández y su Pálido-pelegato, actuando él como Presidente títere incondicional al servicio de los monopolios extranjeros y en particular del imperialismo norteamericano, y el Pelegato como instrumento contenedor de pusilánimes miserables mercenarios de toda laya que han vendido su alma al mismo diablo, sólo están atentos a satisfacer el interés y la ambición de esos poderes a los que rinden pleitesía, y que con esa finalidad, para acompañar su condición de sirvientes genuflexos de los EE.UU. y su recolonización, se aprestan a desplegar la más terrible campaña represiva contra la población desposeída si es que, arrinconada y acosada ésta, como un animal salvaje, opta y se decide por levantarse en lucha en reclamo de sus derechos y de su bienestar o mejoras reales en sus condiciones de existencia y, de hecho, para impedir la destrucción del país.
Esta confrontación inevitablemente se ha de producir de seguir las cosas como vienen ocurriendo.

Es palpable que Leonel Fernández siente que con su bla, bla, bla, ni aún con el respaldo miserable de la prensa venal y vendida hasta los extremos más canallas, podrá seguir adormeciendo con su droga demagógica al pueblo explotado y oprimido que viene padeciendo en carne viva los latigazos del hambre y la miseria, la falta de agua y luz, el encarecimiento aún más del alto costo de la vida, la falta de asistencia hospitalaria y médica, el elevadísimo costo de los medicamentos, la falta de puestos de trabajo y el crecimiento del desempleo, etc., así como la falta de escuelas para los hijos del pueblo.

Leonel Fernández fue quien entronizó y sentó las bases para que se hicieran perennes el caos y el desorden en la vida nacional, al instaurar, sólo por el afán suyo de enriquecimiento personal y familiar (que es a lo único que atiende en su degenerada posición) y por su espíritu de lacayo genuflexo incondicional ante los EE.UU. y sus monopolios, la privatización de las empresas estatales y la imposición del neoliberalismo mediante las llamadas reformas estructurales, que son esas leyes y esas remodeladas instituciones moldeadas al interés de los monopolios neoliberales del capital financiero internacional y con las que ha atado al país al carro de la globalización imperio-capitalista.

Con esos pasos, Leonel Fernández se enriqueció, creó de paso una fortuna personal y familiar igual que el conjunto de sus grandes funcionarios del 1996 al 2000 y, a la vez, las leyes para la impunidad de sus criminales acciones, las que ahora, en el 2004, volvieron por sus fueros a seguir desarrollando, con la misma práctica, para incrementar aún más sus fortunas personales y familiares, en particular la de Leonel Fernández, que ahora se ha casado para duplicar la carga al país, destruyendo a éste y hundiéndolo, junto a las gentes del pueblo, en el más oscuro y espantoso hoyo sin fin de sufrimientos y pobreza.
La contradicción entre este gobierno de Leonel Fernández, de un lado, y el pueblo del otro lado, digámoslo con toda claridad y sin aspavientos, es sencillamente antagónica e indisoluble.

Todo lo que Leonel Fernández hace ahora mismo, saltando de aquí para allá y de allá para otro lado, debe ser visto como una agonía angustiosa de un demagogo engañador del pueblo y vende patria, al que se le acerca la hora de la verdad, donde ya no hay pero que valga.

Al tiempo que hace promesas, puesto que, como demagogo, sabe que prometer por la boca no cuesta nada, lo más importante es que adopta medidas represivas junto a otras preparatorias de las mismas para el presente y para el porvenir, como son su campaña de la llamada Seguridad Democrática y la otra dizque de Protección Ciudadana, al tiempo que le saca de debajo de los pies la seguridad de comer y de vivir a las gentes; ordenando que las fuerzas policiales disparen a matar a todo grupo de personas que quiera reclamar sus derechos, tal y como se comprueba tanto en la represión bestial de la Policía con saldo de muertos y varios heridos de gravedad en Santiago, en los barrios San José de la Mina (Los Amarillos, Barrio Obrero), Baitoa, en Bonao y en Nagua en el mes de agosto; pero además, los cambios que ha efectuado en la plana mayor de la P.N. sólo auguran que Leonel Fernández va a intensificar la actuación abusiva y de carácter extrajudicial desde la P.N.

El nuevo Jefe policial y los dos nuevos subjefes huelen a crímenes, huelen a muertos, huelen y tienen una estela, como es el caso de Guzmán (el hijo del general de horca y cuchillo ex-Jefe policial de los 12 años, Guzmán Acosta), que en San Francisco de Macorís dejó una estela sangrienta de crímenes y atropellos, con decenas de ejecutados y decenas y decenas más de lisiados por el grupo de “Los Cirujanos”, el cual encabezó en dicha región durante el gobierno de Rafael Hipólito Mejía, que todo el mundo sabe no hizo otra cosa que seguir aplicando, del 2000 al 2004, lo que ya Leonel Fernández había instaurado por orden del Cardenal de la Iglesia, parásito del país y del pueblo, de llevar a cabo la ola de ejecuciones y fusilamientos de ciudadanos de manera ilegal e inconstitucional con el coro de Radhamés Gómez Pepín (el criminal impune Jack el Destripador).

Bencosme Candelier estuvo casi todo el gobierno de Rafael Hipólito Mejía como Jefe del Comando Sur de la P.N. de puesto en San Juan de la Maguana, los predios del rey del narco, Quirino Paulino Castillo; Evertz Fournier, el sicario, lo sindicó como un contratista para su oficio, y terminó asesinado en Santiago en una madrugada cualquiera.

Santana Páez, hiede y se sabe producto del generalato y la corrupción íntima del entorno húmedo y lóbrego de Joaquín Balaguer. Puentes familiares con el Pálido-pelegato los tiene por montones, y en los departamentos que dirigiera en la P.N., la corrupción y los hechos criminales formaron ríos y mares.

De ahí que dejemos esto, a título de alerta al pueblo, en la interrogante siguiente: Así, ¿qué pueden esperar el pueblo y el país de Leonel Fernández y del Pálido, que no sea lo peor?

 

Volver a la Página Principal